Les ha costado organizarse (van tarde respecto a sus colegas europeos), pero los agricultores españoles se han subido también al remolque de las protestas que han recorrido las últimas semanas media Europa y salen a partir de este martes a las carreteras para hacerse oír. Reclaman, como los franceses, los portugueses o los alemanes, que la Unión Europea no les encorsete con normativas para las que necesitan más tiempo de adaptación y que fije mecanismos para garantizar el relevo profesional y darle un futuro al oficio. Protestan porque, en el caso concreto de España, no se les pagan las ayudas en los plazos convenidos o porque una ley tan anhelada como la de la cadena alimentaria, en vigor desde 2021, está siendo por ahora papel mojado. A todo ello se ha sumado en Catalunya un factor de primer calibre: el impacto de la sequía, que lleva ya dos malogrando las cosechas y que ahora les ha dejado con solo un 20% del agua de riego, en aquellas comarcas de las cuencas internas en emergencia.
“Los planes estratégicos de la Política Agraria Común, la PAC, no están adaptados a la realidad mediterránea, nadie ha previsto soluciones para los cada vez más graves daños que causa la fauna silvestre y tampoco nadie parece querer acabar con la competencia desleal de productos importados de fuera de la Unión Europea”, claman desde Unió de Pagesos, un sindicato que ya había convocado sus propias acciones de presión para los días 13 y 21 de febrero, pero que se suma también a las que se van a llevar a cabo este martes.
Pero en el trasfondo de todo lo que se está preparando para este ‘febrero caliente’ en las carreteras hay un dato concluyente: la renta agraria de los agricultores y ganaderos catalanes lleva dos años cayendo y es ya inferior a la de 2008. Aparte de tener a los regantes contra las cuerdas, por las restricciones de la sequía, los precios en origen y los gastos de producción no cuadran de ninguna manera, denuncian los afectados.
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Las protestas, bien en forma de concentraciones bien como marchas lentas, van a sembrar de tractores una quincena de puntos de la geografía catalana. Algunos, como los de Fondarella (Pla d’Urgell), ya han dicho que el corte de la autovía A-2 va a durar dos días, hasta el miércoles. Otras movilizaciones, como la que tienen prevista los payeses del Vallès Oriental y del Vallès Occidental en la C-17 será de al menos seis horas.
En media España
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No solo en Catalunya, los agricultores se echarán a la calle en varias provincias, convocados por las organizaciones agrarias Asaja, COAG y UPA y de manera independiente convocados por redes sociales. A los agricultores se les pueden sumar también en los próximos días el sector pesquero y acuícola, que lo está estudiando, así como otros gremios, entre ellos algunas organizaciones de transportistas. Para este martes están previstas acciones en distintos puntos, como la provincia de Córdoba, Albacete, Cuenca, Murcia y en la Comunidad de Madrid.
Este lunes ya ha habido protestas en Valladolid, León y la frontera hispanolusa. Y el ministro de Agricultura, Luis Planas, de visita en Barcelona, donde ha inaugurado la feria Wine Week, ha lamentado que haya quienes “quieran utilizar” a los agricultores y ganaderos españoles para agitarlos y lanzar “ideas extremistas”. “Todo lo que de forma concreta responda a las necesidades efectivas de los agricultores y ganaderos de España tendrá una respuesta positiva por parte del Gobierno”, ha asegurado Planas, crítico con “aquellos que quieran utilizarlos para provocar desazón social y enfrentamiento”.
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Las movilizaciones no terminan esta semana. La Unión de Uniones ha convocado también concentraciones en tres puertos de entradas de mercancías: el miércoles, 7 de febrero, en el puerto de Castellón y el martes 13 de febrero en los de Tarragona y Santander, que servirán de preludio para la gran tractorada que anunciaron hace casi un mes para el próximo día 21 de febrero frente a las puertas del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en Madrid.
Más imprevisible es la agenda de los agricultores que, desde la semana pasada, se están organizando a través de diferentes redes sociales y que ya han protagonizado tractoradas sin previo aviso en algunas zonas.