¿En quién te inspirarías para denunciar que tu marido ha sido asesinado por Putin y prometer venganza? Para enfrentarse a uno de los líderes más retorcidos e inquebrantables de las últimas décadas, la viuda de Alexéy Navalny parece que ha escogido como musa a la más inteligente, mala y sofisticada de todas las mujeres poderosas de ficción: Claire Underwood.
Tres días después de conocerse la “muerte” del líder opositor ruso que cumplía 30 años de condena bajo cargos como el de “extremismo”; Yulia Navalnaya colgaba en redes el vídeo “que nunca le hubiera gustado grabar”. Con el pelo rubio recogido, un maquillaje muy natural (los ojos algo rojos e hinchados provocados por lágrimas que se suponen de pena, rabia e impotencia), vestido azul marino entallado de manga corta (el azul marino también se permite como color de luto y, a diferencia del negro, dice algo como “muerta pero no enterrada”) y mirada desafiante a cámara (voy a por ti); la viuda de Navalny advertía que ocuparía el espacio político del padre de sus hijos.
“No importa si el espectador advierte la asociación de inmediato porque su subconsciente sí lo hace”, apuntaron los directores de arte de la serie al crear el uniforme bélico de Claire Underwood. Porque a falta de referentes femeninas, House of Cards imaginó a una mujer presidenta de los EEUU influenciados por la idea masculina de “poder, dominio y control”. El personaje podía preferir el vestido, la falda y el tacón, pero el rostro despejado, las piezas estructuradas y los colores militares (con el marino como preferente en su guardarropa) fueron escogidos para sugerir que esa mujer iba a la batalla.
Y no sólo la armadura estilística que ha escogido Navalnaya recordaba a la protagonista femenina de la popular serie de House of Cards. La localización, un sencillo pero elegante salón, también recalcaba esa amenaza personal y doméstica contra el Kremlin. El amplio sofá familiar beige vacío refuerza el perfil de Navalnaya como “esposa y madre”, pues ella nunca deseó dedicarse a la política.
“Ha matado al padre de mis hijos. Se ha llevado a la persona que más quería”, le recuerda a Putin en un vídeo de dos minutos de duración. Los estudiados puntos de luz en la habitación ofrecían un aire de amenaza, misterio y peligro. Ella iluminada (bondad), pero sólo dos lámparas de mesa con luz muy tenue al fondo (sombras, conspiración). También contribuía a esa idea de resplandor (para la disidencia) en plena oscuridad, la noche que se dibujaba a su espalda en los ventanales (muy parecidos a los del despacho oval que acabó ocupando la viuda de Frank Underwood). Sentada sobre una gran mesa clara de mármol (sólida, robusta y muy resistente a los golpes y el desgaste) apoyaba sus manos en las que destacaba una manicura en rojo sangre.
A no ser que Claire (Yulia) se lo impida, Rusia celebrará entre el 15 y el 17 de marzo elecciones y el presidente aspira a perpetuarse en el poder “acallando”a cualquiera que se atreva a hacerle sombra. Quién sabe, Frank también se creía muy listo y todos sabemos cómo acabó la serie…