En un giro inesperado, Apple ha comenzado a compensar económicamente a los usuarios que experimentaron problemas de rendimiento en sus iPhones debido a las controvertidas actualizaciones de software.
La compañía de tecnología gigante, tras años de negaciones, finalmente admitió en 2020 que había ralentizado deliberadamente los modelos iPhone 6, 7 y 7 Plus con las actualizaciones iOS 10.2.1 y posteriores, un escándalo conocido como ‘batterygate‘.
Inicialmente, Apple se defendió ofreciendo a los afectados la opción de solucionar el problema por $29, una medida que no fue bien recibida por los usuarios. Esto resultó en demandas colectivas que acusaron a la empresa de “estrangular en secreto” el rendimiento de los dispositivos para fomentar la renovación de los teléfonos.
Después de años de litigios, Apple finalmente acordó destinar $500 millones para compensar a los usuarios afectados. Aunque la fecha límite para presentar reclamaciones expiró en octubre de 2020, los pagos a los perjudicados apenas han comenzado recientemente, según informa el portal especializado MacRumors.
La compensación, fijada en $92.17 por usuario, ha empezado a llegar a aquellos que presentaron reclamaciones. Esta cantidad de dinero, equivalente a 84.27 euros, busca resarcir los inconvenientes causados por la reducción de velocidades de procesamiento de datos de la CPU en los iPhones afectados.
La medida se implementó bajo el pretexto de prevenir apagones inesperados en dispositivos con baterías envejecidas, aunque la falta de transparencia y la no notificación a los usuarios generaron un malestar significativo.