Staging. Una palabra para definir la forma de actuar de algunos asesinos después de cometer sus crímenes. Robert K. Ressler, el pionero del estudio de los asesinos en serie en el FBI y que inspiró “El silencio de los corderos”, es uno de los expertos que la Guardia Civil cita sobre esa práctica en su informe a la jueza sobre el crimen de Esther López, atropellada y muerta cerca de Traspinedo (Valladolid) la madrugada del 12 al 13 de enero de 2022.
Esther López se quedó con su amigo Óscar S. en su coche, a las 3 y 19 minutos de aquella madrugada, cerca del restaurante La Maña, a las afueras de Traspinedo. Su vecino y único imputado por el caso sostiene que ambos discutieron y ella se fue andando de allí. La autopsia y las pruebas de la Guardia Civil revelaron que Esther fue víctima de un atropello por el que quedó herida y sin posibilidad de andar; luego, murió sin ser auxiliada.
Un bolso de pie
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Su cuerpo fue encontrado el 5 de febrero en una cuneta cercana, pero el asesino había hecho staging, según la Guardia Civil. Junto al cadáver de Esther López, “al lado derecho hay un bolso tipo mochila negro y a setenta centímetros de los pies hay un teléfono móvil”, según el informe. El documento añade que el bolso está de pie y “pegado al cuerpo sin vida de Esther”. El teléfono móvil, por su parte, está a los pies del cadáver, “habiendo sido alterado su emplazamiento de forma voluntaria por acción humana”. El asesino, además, limpió a conciencia de huellas dactilares el telefóno móvil de la victima.
Otras pruebas realizadas durante la investigación de la Guardia Civil revelan que Esther no pudo ser atropellada en la carretera junto a la que se encontró su cuerpo. “No se observaron en las proximidades de la vía donde se halló el cuerpo vestigios o señales que indicaran la ocurrencia de un atropello tales como frenadas o restos biológicos en el asfalto, tampoco se apreció inicialmente en las ropas exteriores de Esther López restos de cristales, transferencia de pintura de algún vehículo”, escriben los investigadores de la UCO en el informe entregado a la jueza.
“Conciencia forense”
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Todo ello lleva a concluir a la Guardia Civil, siguiendo a estudiosos de la criminología como el clásico Ressler, John E. Douglas, (también ex agente del FBI y pionero en ciencias del comportamiento), Brent Turvey (experto en perfilación criminal), D.B.Cornish y R.V. Clarke (artífices de la llamada teoría de la elección racional del criminal), que “la escena del hallazgo del cadáver era simulada” y que el presunto autor tiene “conciencia forense”; es decir, sabe las pruebas que buscará la policía y trata de deshacerse de ellas.
Por tanto, el escenario se habría “teatralizado”. Habría elegido el lugar para abandonar el cadáver de Esther y luego habría colocado junto a ella su bolso y su móvil convenientemente limpiado.
“La observación en la escena de abandono del cuerpo revelaría la existencia de teatralización o staging, es decir, el agresor se ha esforzado en simular la escena, lo que supone unos actos más complejos que los de precaución”, concluyen los guardias civiles. Los investigadores consideran que el asesino hizo “esta teatralización intentando nuevamente encajar falazmente las lesiones de la supuesta agresión con la opción más fortuita del accidente” de tráfico.
Los asesinos que hacen staging son “autores cercanos a la víctima que, conscientes de que pueden convertirse en sospechosos, alteran o manipulan la escena con la finalidad de confundir, entorpecer o desviar la investigación”, indica la Guardia Civil
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El informe acude a la criminología para explicar los motivos que un asesino puede tener para falsear una escena o teatralizarla, hacer staging, como en el caso de Esther López. “Las publicaciones científicas sobre esta materia se asocian con autores cercanos a la víctima que, conscientes de que pueden convertirse en sospechosos, alteran o manipulan la escena con la finalidad de confundir, entorpecer o desviar la investigación con respecto al motivo último de la muerte”. Es decir, un atropello que ocultara algo más, según la hipótesis de la Guardia Civil, una agresión a Esther después de una discusión.
En esa línea, los investigadores de la UCO apuntan a la jueza encargada del caso que “no sería lógico que una persona sin vinculación con Esther López decidiese teatralizar la escena, porque se sabría fuera del foco de la investigación y este comportamiento -que implica la manipulación del cuerpo, transporte, esfuerzo y tiempo- le supondría un mayor riesgo y exposición a ser visto”
Conflicto personal
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Añaden que “distintos trabajos entienden que en los homicidios en los que aparece esta escenificación o teatralización se suelen precipitar tras un conflicto personal sobrevenido y en consecuencia suele haber una relación cercana entre el autor y la víctima. Este hecho se ha refrendado en todos los estudios que se han realizado sobre esta temática. No sería lógico que una persona sin vinculación con Esther decidiese teatralizar la escena por los motivos anteriormente expuestos”.
Una persona conocida y cercana, una discusión. La Guardia Civil señala a la última persona que estaba con Esther la noche que ella iba a morir. “Estos argumentos científicos son plenamente compatibles con la conducta que se atribuye al investigado Óscar S.”. El hombre, amigo de la hermana de Esther y que había dormido en ocasiones en la casa familiar, está citado a declarar como imputado por el homicidio de Esther López el 15 de diciembre en el juzgado número 5 de Valladolid.
Buscando por Google Maps
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La Guardia Civil aporta varios datos objetivos que respaldan esa aportación de la criminología. Son datos obtenidos de los teléfonos móviles, bluetooth del coche y la cuenta de Google del sospechoso. Revelan que, entre las siete de la tarde y las siete y 22 minutos del día siguiente a la desaparición de Esther López, Óscar S. “visualizó a través de Chrome por Google Maps zonas geográficas muy próximas a donde apareció el cuerpo de Esther”. Lo hizo hasta en 13 ocasiones. Además, su coche estuvo en las afueras de Traspinedo, en el lugar donde fue hallado el cadáver, algo más de 38 minutos aquella noche.
El sitio elegido era conocido por el investigado, que había tenido allí un accidente de tráfico años atrás. Con esos datos, la Guardia Civil acude de nuevo a la criminología. “Escoger con alta probabilidad un lugar previamente conocido para él, pues tal y como establece la ley de las actividades rutinarias, los criminales se comportan geográficamente igual que el resto de personas y mantienen cierta estabilidad espacial en sus vidas, eligiendo para delinquir lugares y rutas conocidas para ellos. Cuando el autor de un crimen selecciona un lugar para abandonar el cadáver, recurre a su mapa mental para identificar un sitio que aúne los intereses y expectativas de un abandono”.
El informe de la Guardia Civil concluye que Óscar S. atropelló de forma intencionada a Esther López, que no murió en ese momento, pero tampoco pudo huir por las lesiones que sufrió, especialmente en el fémur. Que la tarde siguiente el hombre acudió con su coche al lugar donde había dejado agonizante o ya muerta a Esther y que la llevó en su coche hasta la cuneta donde un hombre la encontró semanas después. Que la dejó allí ya de noche. Y que después, según el informe de la Guardia Civil, hizo en su móvil una consulta sobre el partido Barcelona-Real Madrid de la noche anterior, un par de consultas más en la web de la Agencia Española de Meteorologia y “el resto de búsquedas” de aquella noche fueron a “diferentes webs de contenido pornográfico“.