El sodio es necesario para que el cuerpo humano funcione correctamente, pero un exceso del mismo puede causar consecuencias dañinas para la salud. Este mineral se encuentra en la sal, junto con el cloruro, un electrolito. Hay que tener en cuenta que además del sodio que agregamos a las comidas en casa, también hay que sumar el que contienen los ingredientes.
Según una investigación de la Fundación Española de la Nutrición, el abuso de sal que consumimos procede de los productos cárnicos, del pan, de los precocinados, quesos y conservas de pescados, en ese mismo orden. Además, en el estudio se menciona que la cena es la comida que más contribuye a la ingesta diaria de sodio.
En la cena consumimos entre el 30 y 37% de la ingesta total, y en el desayuno, el porcentaje se encuentra entre el 25 y el 34%. En este contexto, se deben tener en cuenta la cantidad a evitar para sufrir la hipernatremia, es decir, la alta concentración de sodio en la sangre.
El exceso de sal va acompañado de la deshidratación y si la hipernatremia empeora, puede llegar a sentir confusión o sufrir convulsiones. El sodio extrae el agua de las células, si no se repone el equilibrio, pueden darse casos graves como trastornos cardíacos y respiratorios. Los niveles de ingesta diaria de sal según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos son:
- Bebés menores de 6 meses: 110 mg
- Bebés de 6 a 12 meses de edad: 370 mg
- Niños de 1 a 3 años: 800 mg
- Niños de 4 a 8 años: 1,000 mg
- Niños y adolescentes de 9 a 18 años: 1,500 mg