La Antártida es un territorio vasto e inexplorado aún en gran parte. Y, a pesar de que cada día se conoce con mayor detalle su naturaleza, el continente helado sigue deparándonos sorpresas, como es el caso de una espectacular pirámide recientemente descubierta. Literalmente, se trata de una pirámide, puesto que tiene esta forma de manera inequívoca, tal y como desvelan las imágenes de Google Earth, que muestran una formación prácticamente idéntica a las grandes construcciones de Egipto.
Las fotos de esta estructura, como no podía ser de otra manera, ya han servido de combustible para alimentar las teorías más disparatadas, como suele suceder siempre que se descubre algún elemento curioso en la naturaleza. Pero, una vez más, ni es obra de ninguna inteligencia extraterrestre ni de ninguna civilización antigua ya desaparecida en la Antártida. Como siempre, todo es mucho más fácil.
Se trata de una montaña rocosa cuya forma obedece a la acción de los elementos naturales durante millones de años. Como ha explicado, entre otros, el profesor de Ciencias de la Tierra de la Universidad de California Eric Rignot, la combinación de hielo, nieve y viento en la Antártida ha ido esculpiendo esta singular estructura rocosa, dándole el aspecto de una pirámide egipcia.
La montaña se encuentra en la parte sur de la cordillera Ellsworth de la Antártida, en las coordenadas 79º58’39”S y 81º57’32”W, y es perfectamente visible a través del visor de Google Earth.
Proceso natural
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La erosión es un proceso natural y constante que se prolonga a lo largo de milenios y es capaz de modelar el paisaje de las formas más variadas. Las montañas cambian de aspecto a medida que el hielo que las rodea se derrite y el viento las golpea sin parar.
También así lo explica el doctor Mitch Darcy, del Centro Alemán de Investigación de Geociencias en Postdam, quien indicó que esta montaña es un ‘nunatak’, es decir, un pico de roca que sobresale por encima de un glaciar o capa helada. Su forma piramidal no es en realidad más que una coincidencia natural, un capricho de la naturaleza, consecuencia de la erosión derivadas de los citados ciclos de congelación, descongelación y viento.
De hecho, esta no es la única formación geológica que adquiere este aspecto. Los mismos procesos habrían dado forma a montañas más conocidas, como el Matterhorn (también llamado Monte Cervino) de los Alpes.
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