El caso de Koldo Gacía, el exasesor de José Luis Ábalos detenido por estar implicado en una presunta trama de comisiones ilegales por la compra de mascarillas, ha obligado a Ferraz activar todos los mecanismos de control de daños. Los socialistas presumen de ejemplaridad en sus filas desde que llegaron al Gobierno en 2018 con una moción de censura justificada, precisamente, por los casos de corrupción que salpicaban al PP. De ahí su celo sobre cualquier sospecha de corrupción y de que estén tratando de contener un caso que, asumen, no se acaba aquí. En la dirección dan por hecho que el exministro de Transportes y exsecretario de Organización tendrá que declarar, al menos, como testigo. Este mismo miércoles reconocía que el detenido, durante la búsqueda de contratos en plena pandemia para comprar mascarillas, le ayudó a “traer propuestas de diferentes empresas”. Asimismo, están expectantes sobre el contenido de un sumario que ahora permanece bajo secreto.
La máxima que trasladan fuentes de la dirección, además de tildar los hechos de “reprobables”, como hizo el propio Pedro Sánchez desde Marruecos, es que “lo importante es que la justicia haga su trabajo, y si alguien la ha hecho, que la pague”. A partir de ahí, el partido ha suspendido de militancia a la única persona detenida con carné del PSOE, la mujer del exasesor de Ábalos, Patricia Úriz.
Según fuentes de la dirección del PSN, donde fue miembro de su ejecutiva entre 2014 y 2017, ya no estaba implicada en la organización del partido. Tampoco su marido, quien ni siquiera era militante del PSOE en el momento de la detención.
“Hace años que no sabemos nada de ellos”, trasladan fuentes de la federación socialista en Navarra. Sin embargo, además de convertirse en la mano derecha de Ábalos, fue una de las personas de confianza en Ferraz. Después de ser concejal en el municipio navarro de Huarte, aterrizó en la sede federal de la mano de su actual secretario de Organización, Santos Cerdán. Antes, participó activamente en las primarias en las que Pedro Sánchez recuperó la secretaria general.
Durante aquel proceso interno, fue el encargado de custodiar los avales de la candidatura de Sánchez. Algunos de los miembros que participaron de aquella candidatura, recuerdan que el ahora detenido llegó a dormir en la sede de la candidatura para mantener a salvo los avales. Cuando Sánchez se impuso en las primarias,
Koldo García fue contratado en la secretaría de Organización que dirigía Ábalos.
Primero asumió funciones de chófer, luego se convirtió en asistente personal del exministro y fue nombrado consejero de Renfe Mercancías. Distintas fuentes reconocen que ya en un principio advirtieron sobre algunas de sus conductas, llamando la atención sobre su idoneidad. No en vano, cuando llegó a la sede federal contaba ya con un par de condenas por agresión.
En el PSOE intentan contener este caso confiando en que no salpique a Ábalos. Sobre el exministro valoran que haya dado la cara tras conocerse la noticia, pero de forma preventiva apelan a que la justicia actúe y muestran su deseo de que sea implacable para cortar de raíz casos. Pese a todo, apuntan en Ferraz que “hay que ver el sumario que ahora es secreto“. La misma estrategia que se siguió con el llamado caso Mediador que salpicó por mordidas a un diputado socialista en la pasada legislatura. Condena rotunda a los hechos, actuar en consecuencia dentro de la organización sin esperar al avance de las investigaciones para suspender de militancia a los implicados, y ofrecimiento de colaboración con la justicia.
Sánchez se desvincula
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Una actitud que contraponen a la del PP cuando tiene que asumir algún caso de corrupción en sus filas. “Los casos de comisiones en el Ayuntamiento de Madrid y del hermano de Isabel Díaz Ayuso han llevado caminos distintos, aunque éticamente ambos también eran reprobables”, indican fuentes del partido. El presidente del Gobierno, en rueda de prensa tras su viaje institucional a Marruecos este miércoles, desarrolló la misma reflexión tras insistir en la máxima de “colaboración con la justicia” y “transparencia”. “Más allá de cuál sea el recorrido judicial que tenga este caso, desde luego que cualquier intento de enriquecimiento a través del cobro de comisiones de una tragedia como fue la pandemia, y que desgraciadamente hemos visto en otras instancias y en otras autonomías, cuenta con toda mi reprobación y del Gobierno de España”, añadió en rueda de prensa ante los medios desde Rabat.
El PP ya ha puesto todo el foco en el exministro de Transportes tras conocerse estos hechos. Para ello han avanzado que solicitará una comparecencia inmediata del ahora diputado y piden al presidente del Gobierno que dé explicaciones si le cesó porque conocía esta investigación. Una sospecha frente a la que Sánchez respondió con un rotundo “no”, negando tener conocimiento del caso, para luego recordar que “Feijóo se aupó” al liderazgo del PP tras el choque entre el actual secretario general, Pablo Casado, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por una denuncia sobre el supuesto cobro de comisiones ilegales del hermano de la líder de los populares madrileños. Un caso que, lamentó, “ni se ha investigado ni se ha recriminado por parte de la dirección del PP”. Por ello, concluyó que “si queremos ser todos creíbles en la ejemplaridad y en la lucha contra la corrupción tenemos que ser igual de celosos en cualquiera de los ámbitos y en cualquiera de los casos”.
El exministro insistió en mostrarse “tranquilo” desde que se conoció la noticia y desvincularse de una trama que dijo desconocer. Asimismo, en declaraciones a los medios en los pasillos del Congreso, explicaba este miércoles que durante aquel momento de la pandemia en la búsqueda de contratos para comprar mascarillas “todo se hizo bien”. “A través de los mecanismos legales, algo sobre lo que siempre me preocupé”. Las contrataciones, según justificó, se habrían realizado “a través de entidades autónomas y, además, revisadas por el Tribunal de Cuentas”.