Koldo García era poco menos que una sombra de Ábalos, y no solo en sus viajes, como demuestran las fotos de sus visitas a Asturias. La presencia de Koldo García y Víctor de Aldama era habitual en las oficinas del Ministerio de Infraestructuras en la etapa en la que José Luis Ábalos fue ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (entre el 13 de enero de 2020 y el 12 de julio de 2021). Cargos de aquél entonces recuerdan que ya aquella relación resultaba inusual e incluso despertaba comentarios internos. “Koldo García no actuaba como un miembro del gabinete del ministro al uso, pero parece claro que no había otra forma de contratarlo dado su perfil”, aseguran altos cargos del Ministerio de Transportes. El recuerdo del paso de Koldo García, mano derecha de Ábalos, por el ministerio refiere que se comportaba como un “asistente personal” de Ábalos. “Tanto es así que su mesa de trabajo no se encontraba en el espacio del personal de gabinete, sino en una zona donde está el personal de secretaría, pegado al despacho del ministro”, recuerdan.
El investigado por participar en una presunta “organización criminal” que se lucró con contratos públicos de mascarillas en los primeros momentos de la pandemia “no participaba en reuniones técnicas del Ministerio” pero sí mostraba especial interés por los contratos, recuerdan las mismas fuentes; en especial preguntaba por las razones por las que se había optado por uno u otro contratista. Koldo García y Víctor de Aldama mantenían de forma habitual reuniones y encuentros con contratistas. En los distintos organismos del Ministerio estas relaciones no se evitan, pero se establece un control sobre todas las decisiones administrativas. Sin embargo, la actividad paralela que desarrollaban García y Aldama, en especial el asesor de Ábalos, escapaba a la tutela administrativa.
Ábalos fue advertido personalmente por algunos de sus subordinados de que el papel de Koldo García resultaba estrambótico en el proceder cotidiano de la Administración. De hecho, había sido nombrado consejero de Renfe Mercancías, un puesto ideado para perfiles técnicos, pero que en 2019 tuvo asociado el cobro de dietas con cuantías que se aproximaban a los 1.000 euros por cada reunión.
El Ministerio de Transportes encargó a dos entes dependientes de este organismo, Puertos del Estado y Adif, la compra urgente de mascarillas. El primero de los seis contratos investigados (por la adquisición de mascarillas por diferentes administraciones) se produjo el 21 de marzo de 2020, una semana después de que el Gobierno decretase el estado de alarma ante la expansión del Covid y fue tramitado por Puertos del Estado. La cuantía era de 24,2 millones de euros por ocho millones de mascarillas. El segundo gran contrato vinculado con el ministerio de Ábalos se adjudicó el 27 de marzo de 2020. La compra ascendió a 12,5 millones de euros y se recibieron cinco millones de mascarillas. Fuentes relacionadas con estos organismos autónomos señalaron que se encargó a ambos la adquisición porque contaban con mayor agilidad para el desembolso y llevar a cabo la operación, pero que el proceso estaba supervisado por el Ministerio. “Había especial preocupación porque el espacio aéreo estaba bloqueado y el contrato debía estar vinculado a que las mascarillas llegasen”, señalan responsables de la tramitación de aquellos contratos. Con todo, al menos en Adif se establecieron los mínimos controles que estaban en manos del organismo. Así, se inspeccionó la mercancía, para comprobar que cumplía con lo contratado y se descartó hacer anticipos como requerían algunos contratistas, aunque se tramitó un sistema bancario para retener una cuantía que no se abonaba hasta que no se hubiese efectuado la entrega.
Los dos contratos del Ministerio, por los que han tenido que declarar ante el juez que investiga la trama como testigos los entonces responsables de ambos organismos, fueron el comienzo de las relaciones de la administración con la empresa, ya que están bajo investigación otros cuatro contratos: el 20 de abril de 2020, por 3,5 millones y firmado por la Secretaría de Estado de Seguridad, del Ministerio del Interior; otro del Servicio Canario de Salud, con fecha del 22 de abril de ese año y por 7,3 millones, y otro más del Servicio de Salud de Baleares, por 3,7 millones. Además, los investigadores han reclamado al Gobierno central las comunicaciones de correo electrónico de los principales cargos de Puertos del Estado y Adif, así como las correspondientes a Koldo García, que estaba contratado en el Ministerio de Transportes como personal de confianza de Ábalos.
Koldo García y Víctor de Aldama desaparecieron de los pasillos del Ministerio tras la salida de Ábalos, pero entre los altos cargos de aquella época aún escama que la mano derecha de Ábalos siguiera manteniendo encuentros con contratistas e incluso personal del organismo. Los investigadores de la trama incorporan al sumario fotografías de reuniones de Koldo García con personal aún vinculado al Ministerio.