La aprobación definitiva de la Ley de Restauración de la Naturaleza abre un nuevo escenario en España. ¿Cómo deberán reaccionar el Gobierno y las autonomías a este nuevo reglamento europeo? Lo primero que hay que decir es que el texto será de directa aplicación. A diferencia de lo que ocurre con las directivas europeas, no es necesario que se cree una nueva ley adaptada al reglamento. Esto solo sería necesario en caso de querer imponer sanciones.
La Comisión Europea ya trabaja para dar unas pautas a los estados sobre cómo planificar la recuperación tangible de especies de pájaros o mariposas, por ejemplo
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No obstante, lo que sí será obligatorio es redactar un plan de restauración tangible. Es decir, un documento que detalle cómo se cumplirá con el reglamento. En realidad, en el plan estatal de patrimonio natural y biodiversidad ya se habla de la necesidad de redactar un Plan Estatal de Restauración.
“Si las autonomías no se implican, será imposible restaurar algunos territorios”
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“Esto es lo primero que deberá hacer el Gobierno, a través del Ministerio para la Transición Ecológica“, detalla Juan Carlos Atienza, responsable del área de gobernanza ambiental de la entidad SEO/Birdlife. Este plan, como ocurre con los planes de gestión del agua o de calidad del aire, se enviará a Bruselas, que deberá validarlo.
El reglamento obliga a las ciudades a no perder zonas verdes
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A día de hoy, segun explican fuentes conocedoras del procedimiento, la Comisión Europea ya trabaja con los documentos que los países tendrán que completar para que los planes nacionales tengan cierta coherencia.
¿Qué papel jugarán las comunidades autónomas? Todavía no está decidido en firme qué importancia tendrán. Pero las mismas fuentes dan por hecho que, como disponen de las competencias de medio ambiente (no las marítimas), el ministerio les pedirá que hagan planes regionales para cumplir con lo exigido por el reglamento de restauración.
“Si las autonomías no se implican, será imposible restaurar algunos territorios”, considera Atienza. Cabe recordar que, a día de hoy, en la mayoría de las comunidades autónomas gobierna el PP, un partido que en Europa se ha opuesto a la nueva normativa. Es posible que las confederaciónes hidrográficas también deban hacer parte del trabajo y encargarse de lo relacionado con los ríos.
Objetivos demostrables
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Lluís Brotons, investigador del CREAF (Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales), recuerda que el objetivo es que la biodiversidad se recupere: “Para esto, habrá que priorizar zonas e indicadores”. ¿Y cuáles serán los indicadores? Pues especies concretas. “Una de las obligaciones, por ejemplo, será demostrar que la población de mariposas en zonas agrícolas mejora y cambia su tendencia de declive”, precisa Brotons. Pero también se podrán escoger especies de aves ligadas a la agricultura o a las zonas forestales que se pretendan recuperar.
Durante los primeros años, el plan se centrará en las zonas protegidas. Pero para restaurar un 20% del territorio, se acabarán incluyendo áreas no protegidas. En el annexo al reglamento, por ejemplo, se plantea convertir zonas industriales abandonadas y canteras en espacios naturales.
Verde en las ciudades
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La ley es flexible y permite plantear todo tipo de acciones, si se sigue el marco indicado. Se pide restaurar humedales, sistemas fluviales (con la eliminación de presas y diques), ecosistemas dunares donde ahora hay plantaciones o prados de vegetación marina limitando el acceso. Estos son solo algunos ejemplos de lo que se puede incluir en el plan que se debe redactar obligatoriamente.
“Se deberá demostrar que las poblaciones de mariposas o aves mejoran”
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“Restaurar no consiste en plantar arbolitos para que haya un bosque. En unos hábitats lo adecuado será fortalecer el bosque y en otros, todo lo contrario: crear un paisaje de mosaico”, dice Atienza. Otro aspecto verificable incluido en la nueva ley y que puede afectar a ciudades como Barcelona o Madrid es la obligación de que las ciudades no pierdan espacios verdes.