Deco lo tuvo claro desde el día en que empezó a ejercer de director deportivo, primero en la sombra y después ya presentado oficialmente: la apuesta decidida por La Masia es innegociable, por lo que Xavi contaría con todo el respaldo institucional para ser valiente y poder lanzar y empoderar a los canteranos, como así está ocurriendo.
Para el ejecutivo luso-brasileño, La Masia no es un recurso en época de vacas flacas, sino que debe mantenerse de forma sostenible, porque los mejores Barças (incluso el que formaba parte él que ganó la segunda Champions de la historia del club) siempre han tenido un sustrato de futbolistas salidos de la casa.
La presencia de Lamine Yamal, Héctor Fort, Pau Curbasí y Marc Guiu en los últimos partidos ha sido la única nota positiva en medio de la tempestad que se ha instalado en las últimas semanas.
La dirección deportiva observará hasta final de temporada qué rendimiento ofrecen estos ‘niños’, así como otros canteranos que puedan llegar a tener minutos. Marc Casadó, por ejemplo, ya ha disputado dos ratitos en la fase de grupos de la Champions League. Y otros dos pivotes como Marc Bernal y Pau Prim están en la rampa de salida esperando su oportunidad.
El objetivo del club es saber qué pueden ofrecer estos jóvenes valores pensando en la confección de la plantilla del próximo curso. Venga quien venga de entrenador los canteranos están llamados a seguir ganando protagonismo.
El Barça saldrá al mercado con un músculo financiero limitado, irá a fichar futbolistas contrastados con la etiqueta de titulares.
En ningún caso, se pretende incorporar nombres que vengan a hacer de segunda línea o que frenen la evolución de los jóvenes nacidos en La Masia,a quién se les quiere despojar de cualquier tipo de responsabilidad a la hora de marcar las diferencias como les está tocando hacer en estos últimos partidos.
Ahora que hay nubarrones, quién tiene la obligación de tirar del carro son las vacas sagradas, que no han dado la talla en todo el curso.