The crisis in which the Catalan fishing sector, which has seen the fleet reduced by half in two decades, It needs a significant boost. And that happens, for example, encourage the incorporation of young peoplein addition to facilitating the exit of fishing products, with a stimulus to increase consumption and ones sales prices that allow costs to be covered of production. The three issues form the backbone of the plan designed by the Department of Climate Action, Fisheries and Food to protect and promote an activity that In 2022 it employed 1,245 peoplewith a sales volume at the market of 98.27 million euros.
Thus, to facilitate the generational relief and prevent the aging of the sector, the Generalitat is going to launch a paid apprenticeship program on board the boats for unemployed young people who have completed a fisherman sailor training and the basic safety training. This plan, to which almost 20,000 euros per year per internship contract, will consist of the temporary hiring of apprentices for one year, who will work accompanied by a professional with at least five years of experience at sea. In this training period, courses will be included on sustainable fishing practices, shellfish and conservation of marine biological resources.
El plan, presentado este sábado en el puerto de Arenys de Mar (Maresme) ante representantes del sector pesquero y marineros recién titulados por parte del director general de Pesca, Sergi Tudela, y el conseller de Acció Climàtica, David Mascort, también prevé otras medidas de apoyo, como una línea de ayudas dirigidas a jóvenes para la adquisición de la primera embarcación, dotado con 300.000 euros. También se trabajará para dar a conocer los oficios pesqueros a través de colegios e institutos, servicios de empleo, medios de comunicación, ferias y jornadas, además de favorecer la orientación formativa sobre la profesión pesquera y dignificar la figura de los trabajadores del mar.
En total, la Generalitat prevé destinar más de 19 millones de euros para las actuaciones dirigidas a la implementación del plan, que se sumarán a los 15 que yuadestinó en 2023.
Pequeñas empresas familiares
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El sector de las pesca en Catalunya está integrado en su mayoría, a diferencia de lo que ocurre en otras comunidades como Galicia o Andalucía, por una flota de embarcaciones pequeñas, gestionadas por empresas familiares o por pimes, que trabajan en caladeros locales. La modalidad con mayor número de barcas es de la de artes menores, con 331 embarcaciones, lo que representa más del 50% de la flota catalana. Le siguen el arrastre, con 211 unidades (un 33% del total), y el cerco, que desembarca el 55% de las capturas. La modalidad del arrastre genera el 59% de los ingresos en primera venta de los productos pesqueros.
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Según Observatori de la Flota Pesquera Catalana, en los últimos 20 años el número total de embarcaciones dedicadas a la pesca se ha reducido de las 1.358 del año 2003 a las 637 actuales. Esto supone una pérdida del 53% de la flota. La capacidad de pesca se ha visto, en consecuencia, reducida en entorno el 45% en volumen y en potencia. Esta pérdida de peso del sector en Catalunya es un mal que también preocupa en el conjunto de España y en muchos países de la Unión Europea y que está muy relacionado, además, con el cambio climático y la sobrepesca de épocas anteriores.
Campañas para promover el consumo
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Esta continuidad del sector pasa, asimismo, por el fomento del consumo, por asegurar que el pescado de proximidad tiene una salida comercial, tanto en los hogares como en la restauración. La misma conselleria ha puesto en marcha este diciembre una campaña de promoción del pescado de kilómetro cero, con la que se busca romper algunos mitos como el de que el pescado es difícil de cocinar o el de que solo la merluza y el salmón son buenos.
El consumo de pescado en los hogares catalanes ha registrado un descenso continuado desde 2008. Solo en la última década, se ha pasado de los 27 kilos por persona y año a 18 kilos. La caída ha sido especialmente importante en los últimos tres años, con una disminución de ventas del 25%. La principal causa apunta a la escalada de la inflación, en un producto que, además, no ha sido incluido en la rebaja del IVA de los alimentos.