El edificio calcinado en Maestro Rodrigo estaba revestido de polietileno, un material muy inflamable. Así lo ha confirmado Esther Puchades, vicepresidenta del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Valencia (Cogitival), que peritó en ese mismo edificio. Este material ha provocado la rápida extensión de las llamas.
Según explica Puchades, el edificio cuenta con una chapa voladiza de aluminio plateado que tiene una separación de 10 cm de la fachada. Es en esa separación donde se colocó el revestimiento de polietileno, que ha prendido con gran facilidad calcinando la finca en cuestión de una hora.
El edificio empezó su construcción en 2005, poco antes de un incendio muy similar que obligó a cambiar el reglamento al año siguiente, prohibiendo este tipo de materiales por ser tan peligrosos. Muchos de los edificios de la zona, construidos durante la época del ‘boom inmobiliario’ están revestidos con este mismo material, según denuncia el Cogitival.
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Aunque la obra acabó en 2008, la finca no cumplía con el código de edificación aprobado en 2006, una normativa vigente a día de hoy que estableció mejores estándares y controles en los materiales de construcción para evitar siniestros como estos. Al empezar la construcción en 2005 quedó exenta de cumplirlo.
Fuentes de promotoras valencianas indican que este material arde a partir de los 400 grados y apuntan que el incendio puede haber sido provocado por un cortocircuito eléctrico, que de la pared puede haber entrado en contacto con el polietileno que rodeaba la fachada.
Sin ‘sectorización’
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Otra deficiencia que presuntamente presentaba el edificio es la falta de ‘sectorización‘, es decir, un espacio entre planta y planta para evitar la propagación de las llamas en caso de fuego. Así lo han confirmado arquitectos a este diario, que explican que el fuego ha pasado de planta a planta con muchísima rapidez.
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Según explica el arquitecto Víctor Barbeta, este tipo de edificios deben tener elementos que resistan al fuego distribuidos en cada planta, que pueden ser, por ejemplo, un muro de hormigón. Lo habitual es que se den cada 500 metros, pero varios especialistas apuntan a que en este caso no era así, lo que ha provocado que el incendio haya pasado más rápido entre plantas.
El incendio de Grenfell
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El incendio de la torre Grenfell en Londres (2017) provocado también por el revestimiento del edificio de polietileno provocó que cambiaran los criterios técnicos a la hora de construir edificios, aumentando los estándares de los aislantes en la fachada, que son muy usados hoy en día al ser la manera más eficiente de mantener una buena temperatura y ahorrar energía en los edificios.
Este tipo de aislante ha sido especialmente utilizado en edificios de urbanizaciones durante todo el boom inmobiliario y en adelante. “Desde el hotel Hilton en adelante, toda esa avenida está plagada de edificios con ese tipo de aislante ¿Cuántos puede haber en Valencia así? Miles”, reivindica Víctor Barbeta.
Ventanas tapadas y tumbarte a ras de suelo
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Aunque sea complicado, lo ideal en estas situaciones es no salir de la vivienda, tapar las ventanas con toallas mojadas y, si hay humo, tumbarse a ras del suelo tras llamar a las autoridades, según explica Puchades. Abrir las puertas o ventanas solo ayudaría al fuego a propagarse al facilitar la entrada de aire.
“Todos tenderíamos a salir al exterior, pero lo ideal es quedarse dentro del edificio, tapar los huecos y ventanas con toallas mojadas para tener el piso lo más hermético posible, y quedarse en el pasillo mientras esperas el rescate. Así es como más posibilidades hay de salvarse”, asegura Puchades.
También es importante, según la directiva del Colegio de Ingenieros Industriales, colocarse a ras de suelo, ya que “el humo y el calor tienden a subir”.