The cancellation of Apple’s electric car raises technological uncertainties and gives wings to Chinese manufacturers

En plena euforia derivada de la celebración del congreso de móviles en Barcelona una noticia ajena al MWC (Apple fue la gran ausente) sacudió esta semana de forma sibilina los cimientos de muchas apuestas, animó a firmas asiáticas y socavó seguridades en muchos consejos de administración de firmas del sector del automóvil. Apple ha decidido cancelar el proyecto de coche eléctrico que mantenía desde hace una década. La información adelantada por ‘Financial Times’ y confirmada también por Reuters aporta más incertidumbres a una revolución industrial que había dibujado un futuro de automóviles circulando sin conductores y el fin de los accidentes en las carreteras. Y lo que parece todavía peor, un gigante como Apple considera que las perspectivas de rentabilidad para la fabricación de coches eléctricos autopilotados será mucho menor a lo esperado. 

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