Rompió moldes cuando se levantó, como un rascacielos marinero recubierto de cristal en un barrio que entonces parecía lejísimos del centro de Barcelona. Pero el hotel, que nació propulsado por los JJOO y luego pasó un breve tiempo en barbecho hasta su apertura definitiva como Arts en 1994, se convirtió enseguida en un edificio icónico y referente del alojamiento de lujo durante un tiempo. Hasta que el paso de los años se dejó notar y sus instalaciones habían quedado desfasadas frente la creciente liga del alojamiento de superlujo en la ciudad. Ahora, por fin, promete “reinventarse“.
Si en los años 90 apenas tenía competencia de cinco estrellas, posteriormente fue acusando la llegada de hoteles de la máxima categoría también en la primera línea del litoral, como el W en la Nova Bocana primero, y muy recientemente el espectacular Sofitel Barcelona Skipper, a solo unos metros. El Arts no había vivido aún ninguna reforma integral, que fue demorando tanto por la pandemia y sus efectos como por la alta ocupación hotelera en toda la ciudad el año pasado, y por la tramitación de las licencias de las obras.
El rediseño integral al que se está sometiendo está liderado por el estudio de diseño Meyer Davis, buscando “elegancia contemporánea e inspiración mediterránea” y eligiendo una paleta cromática en tonos azules y neutros. Fuentes del hotel han explicado que quiere destacar “por la calidad de los materiales tanto en mobiliario como en tejidos, y por el protagonismo de la luz”.
Grúas y menos ocupación
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La grúa y las vallas a pie de hotel ya revelaban hace semanas la remodelación que se estaba fraguando –pese a la opacidad informativa del establecimiento– y que ahora alcanza su fase más intensa. La intervención alcanzará a todas sus habitaciones en distintas fases, de forma que el hotel nunca deje de funcionar parcialmente, señalan fuentes del proyecto. Así, algunos meses estarán operativas unas plantas, mientras se renuevan el resto. El operativo, conlleva que parte del material y mobiliario entrará por ventanales a través de grúas.
De hecho, los primeros efectos de la reforma se vivieron ya la pasada Navidad, cuando el hotel recortó su oferta de Nochevieja habitual porque su salón principal de eventos ya había sido cerrado de cara a su renovación. Y es que todos sus espacios comunes necesitaban también un ‘lifting’ profundo para ponerse al día.
La intervención, que se hace evidente para los huéspedes nada más llegar al perímetro y ver la maquinaria, supondrá al hotel renunciar a la plena ocupación en fechas señaladas este 2024 como el Mobile World Congress y otras citas del año. No ha trascendido en qué punto de operatividad se encontrarán durante la Copa América de Vela.
El Arts, diseñado por el arquitecto Bruce Graham, propiedad en los últimos años de Archer Hotel Capital, y operado por Marriott, había vivido mejoras de distinto grado en 2005, 2012 y 2014, pero ninguna del calado de la actual. El alojamiento, que también realizó numerosos relevos de personal tras la pandemia, necesita recuperar la excelencia. Su director general, Andreas Oberoi, cree que en sus inicios fue un “símbolo de la metamorfosis” de la ciudad, y ahora “la reinvención ejemplificará” su “visión de futuro, anticipándonos a las necesidades de huéspedes y organizadores de eventos del mañana”.
Otras actuaciones
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Precisamente, ahora podría hacerla coincidir con la reactivación de uno de los locales que Archer se adjudicó en la subasta a finales de 2020. No pudo quedarse con todos los espacios por los que encabezó las pujas con idea de crear una zona de tiendas, ocio y ‘beach club’, pero sí se hizo, por ejemplo, con el que fue el restaurante Bestial, cerrado ya definitivamente desde hace unos meses. Y que ahora incorporará a su proyecto, en primera línea de mar.