En ocasiones, ni tan sólo el hecho de tener un puesto de trabajo es garantía de que una persona pueda cubrir sus necesidades mínimas de subsistencia. Para casos como este, y otros muchos aún peores, existe una ayuda como el Ingreso Mínimo Vital, cantidad de dinero para personas en exclusión social o en riesgo de pobreza y sujeta a unos requisitos económicos y de patrimonio y de residencia.
El Ingreso Mínimo Vital es una prestación de la Seguridad Social creada en 2020 para prevenir la “exclusión social de las personas que viven solas o están integradas en una unidad de convivencia y carecen de recursos económicos básicos para cubrir sus necesidades básicas”, según define el Gobierno.
Pueden optar a esta ayuda los mayores de 23 años que no estén casados, ni tengan pareja de hecho ni estén vinculadas a ninguna otra unidad de convivencia, mujeres mayores de edad víctimas de violencia de género o víctimas de trata de seres humanos y explotación sexual; personas de entre 18 y 22 años que provengan de centros residenciales de protección de menores y personas sin hogar.
Las pensiones mínimas, las no contributivas y el Ingreso Mínimo Vital (IMV) han subido hasta un 6,9% en 2024, de acuerdo con lo establecido en el Real Decreto-ley 2/2023 y en virtud de la recomendación 15ª del Pacto de Toledo. Las cuantías a cobrar según los distintos supuestos se pueden consultar en la Revista de la Seguridad Social. Para una persona sola la ayuda del IMV quedaría establecida en 600 euros al mes, mientras que para una persona con un menor a su cargo esa cantidad asciende hasta los 784 euros mensuales.