La declaración de emergencia por sequía en Catalunya ha empujado a muchos ciudadanos a viajar hasta el pantano de Sau para comprobar con sus propios ojos hasta qué punto se han reducido las reservas de agua y dar fe así de la urgencia de medidas para reconducir la situación.
“Es terrorífico. Hace años venía en verano de campamentos aquí e íbamos con canoas hasta el lago. Es desolador ver cómo está ahora el pantano”, se lamenta, en declaraciones a EFE, Oriol, mientras mira hacia el embalse, que se encuentra al 4 % de su capacidad.
La escasez de agua ha dejado ya casi completamente a la vista el antiguo pueblo de Sant Romà de Sau (Barcelona), que quedó inundado hace años al crearse el pantano.
“Impactante”
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“Es muy triste. Antes, este lugar estaba lleno de agua. Me habían dicho que la escena era muy triste y he querido venir a ver si era verdad. Y me he quedado anonadado”, ha explicado Carlos, que paseaba también esté soleado domingo por los alrededores del embalse.
Guillem también narra que ha venido con toda la familia en una decisión “improvisada”. “Hemos visto las noticias sobre las restricciones en la tele y los niños querían venir a ver el pantano. Es muy impactante“, ha añadido.
Ya hace semanas, si no meses, que el pantano de Sau, situado a poco más de una hora en coche de la capital catalana, se ha convertido en un destino de los ‘turistas de la sequía’, y en estos tres años de déficit de lluvia ha servido como termómetro para conocer de un solo vistazo el nivel de gravedad de la emergencia.