El Ayuntamiento de Barcelona ha escogido 150 espacios en los que se mantendrá un riego que califica “de supervivencia” para el arbolado y la vegetación, después de que la Generalitat haya declarado en fase de emergencia a las poblaciones abastecidas por los embalses del sistema Ter-Llobregat, que surten a unos seis millones de personas. El consistorio ha informado este jueves que recurrirá a agua freática no potable para rociar al menos 35.000 árboles y palmeras de “vías emblemáticas y grandes avenidas”.
La medida se extiende también a “calles y avenidas con espacios verdes”, como el paseo Sant Joan y la avenida Diagonal, y parques ilustres e “históricos”. De estos, el consistorio menciona el parque de Cervantes, el Laberint d’Horta, los jardines de Pla i Armengol, los jardines de Costa i Llobera, los jardines del Teatre Grec, el parque de la Trinitat y los jardines de los Drets Humans. El Ayuntamiento prevé concretar este viernes todas las ubicaciones que libra de la restricción total al consumo de agua.
Tras el decreto de la Generalitat, el Ayuntamiento ha añadido 125 zonas a las 25 que ya nutría con reservas freáticas. “A partir de ahora, no se hará ningún tipo de riego con agua potable“, ha añadido el gobierno del alcalde Jaume Collboni.
El consistorio ha puntualizado que “los equipos municipales continuarán trabajando para ampliar el número de espacios” que podría recibir agua freática para aliviar las limitaciones impuestas por la escasez de reservas hídricas y la falta de lluvia. En todo caso, esgrime que “solo se mantendrá el riego de supervivencia allí donde se pueda hacer con agua freática”. Ha recordado que, tal como ya ocurría en fase de preemergencia, se evitarán nuevas plantaciones y sustituciones de árboles.
Asimismo, ha señalado que no se permite a partir de ahora regar los huertos urbanos con agua potable. “Puede afectar a un total de 349 huertos escolares y 190 huertos comunitarios y sociales”, ha calculado el ejecutivo municipal. La declaración de la emergencia amplía las medidas de ahorro y las restricciones a más servicios y espacios municipales.
En todo caso, el Ayuntamiento recuerda que “no hay afectación del abastecimiento del agua potable de la población” ni se prevén cambios inminentes en la red de suministro, como puede ser la reducción de la presión del agua que fluye de los grifos. Por ahora, Barcelona sortea la posibilidad mientras no se alcance la fase tres de la emergencia, cuando la cuota de 200 a 160 litros por persona y día. El escenario no se augura hasta el verano y podría darse en caso de que las precipitaciones no irrumpan en primavera.