Stop the spiral of amnesty

Pedro Sánchez, with a serious face, last Tuesday in Congress after Junts’ rejection of the amnesty. / JOSÉ LUIS ROCA

Más allá de las simpatías políticas que uno tenga y de sus preferencias partidistas, el más mínimo sentido de la responsabilidad, sobre todo institucional, obliga a detener la deriva que ha tomado el tema de la amnistía, su tramitación parlamentaria y su impacto en las investigaciones judiciales en marcha. Deberíamos ser capaces de distinguir entre la voluntad de conquistar el poder o de derrocar a quien lo tiene y la institucionalidad. Si ya es un sapo aceptar la tramitación de una ley de amnistía a cambio de los votos de una investidura, resulta directamente inaceptable que se vayan negociando en el Congreso enmiendas a ese proyecto que traten de responder a las investigaciones en marcha de los jueces o que incluso se planteen reformas de otras normas, como sería el caso de redefinir el delito de terrorismo en el Código Penal o de cambiar los plazos de la ley de enjuiciamiento criminal. Si el Gobierno piensa que los jueces están prevaricando, como lo piensan sus socios de investidura, el camino es otro, pero nunca puede ser el de la legislación ‘ad casum” y mucho menos ‘ad personam’. El daño a las instituciones es incluso superior al que algunos consideran que inflige la amnistía a la unidad del Estado. El último espectáculo de ver a la fiscalía cambiando sus informes sobre la causa del Tsunami y al mismo fiscal general tratando de desmentirlo es más que bochornoso.

ttn-24