El Gobierno acaba de atravesar por su semana más tormentosa en apenas tres meses de legislatura, y esta vez no ha sido la ley de amnistía el origen de la jaqueca. Al duro batacazo en las elecciones gallegas se ha sumado un escándalo de corrupción con las mascarillas durante la pandemia que amenaza con comprometer a importantes cargos socialistas. Enfrente, el PP se frota las manos por un éxito en Galicia que, como refleja la primera encuesta elaborada justo después de esos comicios, impulsaría a Alberto Núñez Feijóo hasta las puertas de la mayoría absoluta si ahora se celebrasen elecciones generales.
La Encuesta Política de España del Gabinet d’Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP) para Prensa Ibérica sitúa al PP a apenas cinco escaños de la mayoría absoluta en el Congreso, que podría apuntalar con el apoyo o la abstención de Vox. No obstante, el buen resultado de Feijóo le permitiría, incluso, buscar otros socios alternativos a la extrema derecha entre las formaciones nacionalistas. Los populares obtendrían el 38,5% de los votos y 166-171 escaños (hoy tiene 137), lo que representaría un crecimiento de 5,8 puntos respecto a las elecciones de julio y de 3,3 puntos respecto al sondeo de noviembre.
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En los últimos tres meses, marcados sobre todo por la amnistía y la campaña electoral gallega, el PP ha sumado una veintena de diputados en detrimento, especialmente, de Vox. El partido de Santiago Abascal es la fuerza que más pierde en la encuesta y su retroceso es directamente proporcional al ascenso de Feijóo. Los ultras se dejan 3,4 puntos y una docena de escaños desde noviembre, quedándose con el 9,1% de los votos y 18-22 diputados (ahora tienen 33). La suma de PP y Vox, que en las urnas fue de 170 parlamentarios, oscilaría hoy entre 184 y 193 representantes.
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El trasvase de voto dentro del bloque conservador es palmario: tres de cada 10 votantes de Vox el pasado julio elegirían ahora la papeleta del PP, que ya de por sí consigna una fidelidad de voto por encima del 87%. Pero Feijóo logra atraer también a uno de cada 10 electores del PSOE, la principal fuga de voto que sufren los socialistas en un sondeo cuyo trabajo de campo se efectuó del 19 al 21 de febrero, los tres días posteriores a las elecciones gallegas pero antes de conocerse la investigación por corrupción a la mano derecha del exministro José Luis Ábalos.
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En este contexto, la diferencia entre PP y PSOE, que en las últimas elecciones fue de solo 1,3 puntos y en noviembre se había ampliado ya a 7,9 puntos, alcanza ahora los 10,5 puntos. Con todo, los socialistas han experimentado una leve mejoría desde hace tres meses. Pedro Sánchez lograría el 28% de los votos y 108-113 escaños (hoy tiene 121), 3,4 puntos menos que en las generales, pero siete décimas y tres diputados más que en la encuesta de noviembre.
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No hay, pues, un bajón del PSOE, dado que su fidelidad de voto se mantiene alrededor del 61% que ya tenía tres meses atrás. Pero Sánchez sí tiene dos lastres: la indecisión de su electorado y el mal momento de su socio de gobierno, Sumar. Uno de cada 10 votantes socialistas se declaran hoy indecisos, 4,5 puntos más que cuando empezó la legislatura. En cuanto a la coalición de Yolanda Díaz, igual que pasa con Vox, conservaría menos del 60% de sus votantes y perdería un 30% que se repartiría a partes iguales entre Podemos, el PSOE y los indecisos.
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Sumar conseguiría el 10,2% de los votos y 23-27 escaños (ahora tiene 27), dos puntos y ocho diputados menos que en noviembre, cuando todavía no se había roto la coalición con Podemos. En este primer sondeo por separado, el partido morado apenas arañaría el 1,8% de las papeletas, insuficiente para permanecer en el Congreso, donde hoy tiene 4 diputados. El leve consuelo para Díaz es que desplazaría a Vox como tercera fuerza política.
La suma de los socios del Gobierno, que en las urnas fue de 152 escaños, se movería hoy entre 131 y 140 diputados haciendo imposible toda alianza para cerrar el paso a Feijóo. No obstante, la encuesta muestra con claridad que apenas ha habido trasvases de voto entre los dos bloques ideológicos respecto a noviembre, aunque sí desde las elecciones. Mientras el PP y Vox sumarían el 47,6% de los sufragios, el PSOE y Sumar se quedarían en el 40%. Las variaciones son de dos décimas respecto al anterior sondeo, pero desde julio las derechas han subido 2,6 puntos y las izquierdas han bajado 3,6 puntos.
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Con las elecciones catalanas a menos de un año, ERC y Junts mantienen sus igualadas posiciones, aunque el primer veto a la ley de amnistia del ‘procés’ ha pasado más factura al partido de Carles Puigdemont. Hace tres meses, con los réditos de los pactos de investidura bajo el brazo, ambas fuerzas estaban empatadas al 2% de los votos. Y las dos han bajado, pero mientras Esquerra ha perdido dos décimas, JxCat se ha dejado cuatro décimas.
Republicanos y posconvergentes se mantienen en una horquilla de 7-8 escaños que, en el caso de Junts, podrían llegar a servir para apuntalar a Feijóo si este quisiera esquivar el abrazo con Vox. La parte negativa para ERC es que, a diferencia de su rival, su fidelidad de voto ha caído con fuerza desde noviembre, 22 puntos, y se le han disparado los indecisos entre sus votantes.
Ficha técnica
Empresa responsable: GESOP.
Técnica de investigación: Entrevistas telefónicas.
Ámbito del estudio: España.
Población objetivo: Mayores de edad con derecho a voto.
Dimensión de la muestra: 1.004 entrevistas.
Tipo de muestreo: Proporcional por autonomía y dimensión de municipio. Selección de la persona a entrevistar según cuotas cruzadas de sexo y edad.
Margen de error: ± 3,10% bajo el supuesto de m.a.s. en universos infinitos, máxima indeterminación estadística (p=q=0,5) y un nivel de confianza del 95%.
Trabajo de campo: Del 19 al 21 de febrero de 2024.