La nieve no ha dejado indiferente a nadie a su paso por Aragón, con fuertes afecciones que han causado estragos a los transportes, tanto en el tráfico urbano como en carreteras y autovías de la comunidad, sobre todo en la provincia de Zaragoza. Tampoco se han librado los vuelos. La DGA acaba de confirmar, tras la reunión del Cecopi (Centro de Cooperación Operativo Integrado), que se ha procedido al cierre del aeropuerto de Zaragoza y al desvío de tres vuelos que debían aterrizar en la capital aragonesa, ya que la pista presentaba nieve que impedía maniobrar con seguridad. El director general de Interior y Emergencias también ha anunciado que se ha pasado al nivel 1 de alerta para que los operarios coordinen sus actuaciones.
[–>En cuanto a las carreteras, la A-2 reabre para turismos y autobuses mientras la A-23 sigue cortada, con un nivel rojo de alerta que va desde el kilómetro 202 al 232, a la altura de Paniza. Además, Tráfico inisiste en que se debe circular “con precaución” por la A-68 en particular, sobre todo en el tramo de Casetas, hasta que pase la borrasca Juan. Además, la Benemérita ha pedido “mucha precaución” en toda la red viaria de la provincia. De hecho, han señalado que hay muchas carreteras comarcales con afecciones por la nieve.
Asimismo, los trenes también se han visto afectados por el temporal. A estas horas, hay una serie de infraestructuras en la estación Delicias que presentan una serie de problemas que Adif trabaja para resolver a la mayor brevedad posible. Aún así, se han visto afectados trenes de media distancia que debían salir a Teruel y Pamplona, así como uno procedente de Miranda de Ebro. También hay afectados dos Alvia en la capital aragonesa, que se suman a los retrasos en las líneas de alta velocidad.
En cuanto a la estación de Grisén, un problema ajeno a la nieve ha obligado a detener un tren a la altura de este pueblo. En cambio, el temporal impide que los trenes y buses de socorro puedan acudir por el momento a recoger a los viajeros.