“Mi mujer se ha atragantado con una espina”. Eran más de las dos de la madrugada del 13 de julio de 2020 cuando los Servicios de Emergencia recibían la llamada de P. N., de 37 años y origen rumano, desde una nave de Torrejón de Ardoz.
Se llamaba Madalina y tenía 31 años. Cuando los médicos llegaron sangraba por la boca y el oído. Presentaba un traumatismo craneoencefálico severo y dificultad respiratoria. Según los testigos, la pareja, que vivía en la nave que hacía de base de una empresa de transporte, habían estado celebrando una barbacoa. En la cena, apuntó él, se atragantó.
Tras una primera valoración e intervención in situ, cerca de las cuatro de la madrugada, la mujer fue traslada al Hospital Universitario de Torrejón de Ardoz. Madalina fue intubada, el pronóstico era malo. En Urgencias, los médicos constataron que se encontraba en estado crítico, “presentando fractura craneal, incompatible con la vida”. Murió dos días después. A las 19:50 horas del 14 de julio de 2020, en la UCI, se procedió a su desconexión.
“Se ha atragantado con una espina…” iniciaba el historial. Ni pescado ni raspa, solo golpes. La autopsia determinó que el fallecimiento se había producido por “un traumatismo en la cabeza severo”. Al ser preguntado por el golpe, él contó que se los había hecho sin querer, al intentar reanimar a su mujer.
P.N. está acusado de homicidio, con la agravante de parentesco, en el juicio con jurado popular que arranca este lunes en la Sección 26 de la Audiencia de Madrid. La Fiscalía le pide 15 años de prisión.
Una discusión
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Domingo, 12 de julio de 2020. Madalina y P.N., “que mantienen una relación análoga a la conyugal”, afirma la Fiscalía, residen en una nave de Torrejón de Ardoz (Madrid). Sobre las once de la noche, según el escrito del fiscal, “ambos abandonan la nave y se dirigen al centro” del municipio para tomar algo juntos. Algo ocurre. Se inicia una pelea entre los dos.
“Alrededor de las 00:43 horas del ya 13 de julio de 2020, tras mantener una fuerte discusión”, apunta el fiscal, Madalina “decide regresar sola a las inmediaciones de la nave en la que residía”. Él llegaría sobre “las 01:25”. En ese intervalo de tiempo, desde que llega ella hasta que lo hace él, “P.N. realizó un total de 21 llamadas al teléfono móvil de Madalina, todas ellas sin obtener respuesta; le envió un mensaje a las 00:51 horas que decía ‘RAP’, mensaje en idioma rumano, que debidamente traducido, se corresponde con ‘secuestrar’ o ‘cortar'”. Más llamadas, intento en vano, Madalina no contestá. Él decide regresar.
Fuerte golpe en la cabeza
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El relato del Ministerio Público continúa así: “alrededor de las 01:36 horas”, Madalina y el acusado se encuentran en el polígono, cerca de la nave. Se desata otra discusión “y forcejeo entre ambos”. Es cuando, asegura el fiscal, “P.N, actuando con intención de acabar con su vida, le propinó un fuerte golpe en la cabeza con un objeto contundente, ocasionándole traumatismo en zona fronto-temporal y fractura craneal en esa región”. Madalina, ante el golpe, se cae. “La caída hacia atrás le causó una nueva fractura en la base de la cabeza por impacto contra el suelo”.
Un testigo aseguró que Madalina, aún con vida, fue trasladada en el maletero del coche, no en el sillón
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Madalina está viva, pero muy grave. Tras la agresión, señala la Fiscalía, “el acusado la introdujo aún con vida en el vehículo Opel Vivaro, conducido por él mismo, hasta llegar a la nave en la cual residían”. Un testigo aseguró que Madalina viajaba en el maletero, no en el sillón.
Ya en la nave “procedió a sacar del vehículo el cuerpo de la mujer“, apunta el Ministerio Público, “accediendo al interior, con la ayuda de un compañero que en esos momentos pernoctaba allí. Este, extrañado por el estado de la mujer y la sangre que comenzó a salir por su boca y oídos, sugirió al acusado que procedieran a llamar a Emergencias”. P.N. llamó y describió una escena ficticia: atragantamiento, pescado… “Los médicos de urgencias que le atendieron, constataron que Madalina estaba en estado crítico, presentando fractura craneal, incompatible con la vida”, considera probado el fiscal.
Heridas de defensa
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Madalina murió dos días después. Mientras ella luchaba por su vida en la Unidad de Cuidados Intensivos, él fue detenido. Los propios médicos avisaron a la policía de que el episodio no era como lo contaba él. La autopsia reforzó la tesis de la muerte violenta. Mostró golpes, ya descritos, y también heridas de defensa. “Se objetivaron unas lesiones en la víctima, ocasionadas por el acusado en el forcejeo, previo al fatal desenlace”, afirma el fiscal, que describe hematomas y abrasiones en ambos brazos de la mujer. La policía apuntó que él tenía arañazos también.
No había espinas, raspas ni pescado. Madalina no se atragantó. La muerte de la mujer, de 31 años y origen rumano, llegó tras un fuerte golpe. Fue la víctima de violencia de género número 24 del año 2020, morirían después 22 mujeres mas, cerrándolo con 46. P.N., sin salida -y ya detenido- entró en prisión provisional el 15 de julio de 2020. Allí continúa.