“Sé que son palabras mayores, pero desde la irrupción de Vinicius creo que no he visto un talento en el uno contra uno tan desequilibrante como él“. Estas palabras las pronunció Míchel meses atrás cuando fue preguntado por Savinho. Ya lo dicen, el que avisa no es traidor. Que le pregunten a Tanguy Nianzou por el ‘abuso’ que sufrió en Montilivi el pasado domingo.
La exhibición del brasileño ante el Sevilla (5-1) fue mayúscula. Un recital que duró 73 minutos (Míchel lo sustituyó con el partido completamente resuelto) y que volvió completamente loco a un Nianzou que no tuvo ni la más mínima opción de frenarlo. “Confiábamos en que Nianzou, con su poderío físico, pudiese competir contra Savinho“, explicaba Quique Sánchez Flores tras el encuentro.
IMPOSIBLE PARA NIANZOU
[–>
Nada más lejos de la realidad, a la espalda del defensa de 1’91 metros de altura se abría constantemente una autopista de unos 40 metros, sin límite de velocidad ni peajes. Y Savinho la disfrutó en cada oportunidad que tuvo para pisar el acelerador. Mientras el brasileño pasaba de cero a cien en escasos segundos, el francés aún no había arrancado.
El festival de Savinho fue de tal magnitud que participó en tres de los cuatro goles que marcó el Girona con él en el campo. Un dia más en la oficina para un ‘jugón’ en peligro de extinción. Recorte ante Nianzou y centro medido al segundo palo para que Dovbyk pusiera el empate de cabeza en el minuto 13. Autopase para sortear al francés y carrera espectacular para habilitar a Portu, que regaló el 2-1 al nueve ucraniano en el 15′. Y asistencia en el 56′ para que Tsygankov solo tuviera que empujar el balón en el 4-1.
Su irrupción no sorprende a los que ya lo tenían controlado en Brasil, pero su explosión en Europa ha sido, cuanto menos, llamativa. Es el jugador diferencial, el que ‘rompe’ las normas, y también las defensas. Regates, detalles técnicos, desborde, explosividad, atrevimiento y disparo. Un cóctel de cualidades que van muy cotizadas en el mercado. Sávio se ha dado a conocer al mundo como un jugador que ha llegado para quedarse.
LA ESENCIA DEL FÚTBOL
[–>
Es la sonrisa del equipo de Míchel, y uno de los principales motivos para querer ver jugar al equipo catalán cada semana. Cuando tiene el balón puede pasar absolutamente de todo. Una sensación que cada vez transmiten menos futbolistas, pero que siempre ha sido la esencia del fútbol.
Sin lugar a dudas, es uno de los jugadores más diferenciales que ha pisado Montilivi. Da la sensación que no tiene que correr para ejecutar sus acciones, supera rivales como si fueran conos, y esta aura solo la transmiten algunos elegidos.
Tiene 20 años y muestra una personalidad arrolladora. No le teme a nada ni a ningún rival, y acumula cualidades para brillar en prácticamente cualquier equipo. Esta temporada suma seis goles y siete asistencias en 24 partidos, y cada vez se engrosan más las cifras de un futbolista que está llamado a ser uno de los grandes dominadores del futuro . La gran pregunta es: ¿Dónde está el techo de Savinho?