Pedro Sánchez vuelve a arriesgar en política internacional. En una iniciativa inédita, el presidente del Gobierno ha pedido a la Unión Europea que revise “urgentemente” los acuerdos que tiene con Israel en materia económica y política por sus posibles infracciones del Derecho Internacional Humanitario en la guerra de Gaza.
En una carta de tres páginas, firmada por Sánchez junto al primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, solicitan a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que estudie la cláusula sobre respeto a los derechos humanos del Acuerdo de Asociación UE-Israel. Y que, si constata que no se está cumpliendo, se propongan las medidas adecuadas. Existe, dicen, riesgo de la catástrofe humanitaria, aún mayor que la ya producida desde el arranque de la ofensiva en octubre, por la amenaza inminente de operaciones militares israelíes en Rafah.
El movimiento recuerda al pasado mes de noviembre, cuando en su viaje a Oriente Próximo Sánchez afeó al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, la “insoportable” muerte de civiles en Gaza. Aquello desató una escalada diplomática de Israel, que llegó a retirar temporalmente (llamar a consultas) a su embajadora en España.
Pero ahora el momento político global ha cambiado, y Sánchez ya no está tan solo como entonces. La guerra de Gaza arroja una cifra de muertos diarios sin precedentes en las guerras modernas: cerca de 30.000 personas en cuatro meses, en su mayoría, mujeres y niños, según las autoridades palestinas. El presidente estadounidense Joe Biden, principal aliado y protector de Israel, habla ya de una ofensiva israelí “excesiva”, que provoca que “mucha gente inocente esté pasándolo mal y muriendo y eso tiene que parar”.
Polo de resistencia a la ofensiva israelí
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Sánchez lleva meses tratando de tejer un polo de resistencia en la UE para pedir a Israel y Hamás un alto el fuego permanente, la liberación de los rehenes y, posteriormente, promover un Estado palestino. De su lado está desde el comienzo el alto representante de la política Exterior europea, Josep Borrell. Esta semana, visiblemente enfurecido, Borrell ha pedido a Estados Unidos y, en general, a la comunidad internacional, que deje de enviar armamento a Israel si quiere evitar más bajas civiles.
La ministra de Exteriores de Alemania, defensora a ultranza de Israel, también ha clamado contra esos planes de atacar el sur de Gaza, donde malviven refugiados más de 1,2 millones de palestinos.
Fuentes diplomáticas palestinas subrayan a El Periódico de España, del Prensa Ibérica, que la misiva llega en el momento más oportuno, ante la amenaza de ofensiva israelí contra Rafah, que podría provocar una masacre mayor que las que se han visto ya en el norte y centro de la Franja.
Fuentes diplomáticas israelíes rechazan por el momento hacer cualquier comentario sobre la carta de Sánchez a la Comisión.
“La postura más valiente”
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En el equipo del presidente del Gobierno destacan que España ha mantenido “desde el principio [del conflicto] the bravest posture” and little by little they have been “aligning” with it most countries. A ratification of their positions over time, which is why they now intend to take a leap to continue leading them: “Move from words to actions.”
“Hay que actuar ya y hay instrumentos”, sostienen desde el Ejecutivo para justificar su inédita petición. Una urgencia que argumentan porque el anuncio de la ofensiva israelí en Rafah supone un “punto de inflexión” y la situación “es insostenible”. De ahí que consideren que no se pueden limitar a seguir invocando el respeto del Derecho Internacional Humanitario (DIH) y al derecho internacional de los derechos humanos “y no hacer nada”.
Hay riesgos, y fuentes de Moncloa reconocían tras enviar la carta que es probable que a la Comisión Europea no le siente del todo bien la iniciativa. Con todo, estas mismas fuentes señalan que, más allá de Irlanda, otra serie de países europeos convergen plenamente con su demanda. Entre ellos, Bélgica, que ostenta la presidencia de turno del Consejo de la UE. En el caso de Portugal, su alineamiento actual dependerá en buena medida de las mayorías que salgan de las urnas en las elecciones anticipadas del próximo 10 de marzo.
Junto a este polo de países, España pretende impulsar una conferencia internacional de paz, tal y como acordó el Consejo Europeo el 26 de octubre, a propuesta de nuestro país. Para propiciar un alto el fuego y sentar en una mesa de negociación para superar el conflicto a Israel y Palestina, con la Autoridad Nacional Palestina como interlocutora. Es por este motivo que, según fuentes del Gobierno, aparcarán por el momento la pretensión de realizar un reconocimiento unilateral del Estado palestino. De hecho, uno de los objetivos de la conferencia internacional de paz sería que Israel y Palestina negociasen sobre la solución de los dos Estados.
Los colaboradores de Sánchez no descartan promover una declaración unilateral si fracasa esta iniciativa, pero prefieren esperar y “no gastar esa bala”. Utilizarla como mecanismo de presión. Las mismas fuentes explican que reconocimiento del Estado palestino “sería ahora lo más fácil”. Máxime por el actual contexto, que moderaría la crisis diplomática con Israel, pero reconocen unos efectos limitados. Citan a Suecia como ejemplo, que dio este paso y “ahora ya nadie se acuerda”.
Sánchez aprovechó el pasado mes de diciembre una comparecencia en el Congreso de balance sobre la presidencia de turno para defender que “en algún momento de la legislatura deberemos abordar el reconocimiento del Estado palestino por parte de las Cortes Generales”. Ya durante su viaje a Israel, Palestina y Egipto el pasado mes de noviembre, el jefe del Ejecutivo no descartó el reconocimiento unilateral si la UE no daba el paso. “Merecería la pena que muchos miembros de la UE lo hiciéramos juntos, pero si eso no ocurre, España por supuesto tomará sus propias decisiones“, aseguró entonces. La estrategia ahora pasa por guardar esta bala y explorar antes otras vías para propiciar una resolución del conflicto.