La muerte de Domingo Vidal Avellaneda se descubrió el pasado martes. El hombre falleció en un incendio accidental, según los primeros indicios, probablemente al quedarse dormido con un cigarro en la cama de la infravivienda en la que residía, en una discoteca abandonada en la conocida como la Cova del Pirata, en Porto Cristo. El suceso ha reavivado el recuerdo sobre el crimen por el que fue condenado junto a su hermano Joaquín: el asesinato de Maria Nicolau, una vendedora de cupones de la ONCE vecina suya, a la que quemaron viva en un vertedero de Capdepera en 1996. Los asesinos eran drogadictos y el móvil del crimen fue el robo: le quitaron 300.000 pesetas que la mujer tenía, producto de la venta de cupones.
Maria Nicolau Moyá residía en Capdepera. Padecía una discapacidad y se ganaba la vida vendiendo cupones de la ONCE. Tenía 29 años y cinco hijos cuando desapareció, el 10 de septiembre de 1996. Diez días después apareció su cuerpo calcinado en un vertedero de la localidad. Los agentes de la Guardia Civil encontraron en un pozo cercano una lata de gasolina, que los asesinos utilizaron para pegarle fuego.
Al día siguiente fue detenido el primer sospechoso, Pedro Gelabert Vidal, de 30 años, que confesó el crimen a la Guardia Civil e incriminó a sus dos tíos, los hermanos Domingo y Joaquín Vidal Avellaneda, aproximadamente de la misma edad. Los tres eran drogadictos y tenían un largo historial delictivo.
Las confesiones de Pedro Gelabert y sus tíos, que se acusaron mutuamente, permitieron a la Guardia Civil reconstruir el crimen. Cómo convencieron a Maria Nicolau, con quien tenían confianza por que eran vecinos, para que les entregara 300.000 pesetas para sacar de la cárcel a su marido. Y cómo la secuestraron, la llevaron al vertedero de Capdepera, le hicieron fumar un cigarrillo de heroína hasta quedó semidormida, la golpearon y ataron, la rociaron con gasolina y le pegaron fuego.
Los tres ingresaron en prisión por el crimen. Pedro Gelabert no llegó a ser juzgado, ya que falleció en noviembre de ese año por una enfermedad. Antes de fallecer exculpó a sus dos tíos y declaró que había sido él en solitario quien había matado a Maria Nicolau. Sin embargo, esta manifestación no les sirvió de mucho a los hermanos Vidal. En 1998 fueron condenados por el asesinato: Joaquín a 22 años y Domingo a 18.
Tras quince años en la cárcel, Joaquín pidió en 2009 que su condena se limitara a veinte años, lo que le hubiera permitido acceder al tercer grado penitenciario, pero su solicitud fue desestimada por la Audiencia y luego por el Tribunal Supremo.
Domingo salió de prisión hace años tras cumplir su condena, y llevaba tiempo instalado en una infravivienda ubicada en una discoteca abandonada, en la Cova del Pirata de Porto Cristo. Su cadáver carbonizado fue descubierto el pasado martes. Al parecer se había quedado dormido con un cigarro, que prendió en el colchón.