Leonid Volkov, uno de los más cercanos colaboradores del opositor Alekséi Navalni en el exilio, ha sido atacado este martes por un desconocido ante su propio domicilio en Lituania con gas lacrimógeno y un martillo, según han informado en las redes sociales miembros del Fondo contra la Corrupción (FBK), la oenegé fundada por el popular bloguero. En una de estas entradas podía verse la imagen del atacado, con una pierna ensangrentada, el pantalón abierto, y el rostro inflamado y visiblemente azorado.
No han transcurrido ni un mes de la defunción del opositor, y un nuevo sobresalto sacude a su entorno y a sus seguidores del bloguero. Kira Yarmish, portavoz de la organización, ha informado que un desconocido rompió los vidrios de su vehículo, le roció el rostro con un espray irritante y comenzó a golpearle con un mazo que portaba. La misma fuente informó que el activista se hallaba en casa esperando la llegada de una ambulancia. La policía lituana se limitó a informar de la existencia del caso de un apaleamiento, sin dar más detalles.
El propio Volkov, Maria Pevchik, Iván Zhdanov o Georgui Alburov, por mencionar algunos de los rostros más conocidos de FBK, residen en el extranjero, en países de la UE y la OTAN. Conscientes de que constituyen un objetivo a abatir para los servicios secretos de su país, en muchas ocasiones prefieren limitar el contacto con la prensa y los seguidores, por temor a ser identificados y a ser objeto de ataques ordenados desde Moscú.
Organización extremista
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Pese a haber sido ilegalizada en el interior de Rusia y tipificada como organización extremista, una categoría que comparte con grupos terroristas como Estado Islámico, los activistas de FBK han continuado denunciando la corrupción de los integrantes de la élite rusa y sus métodos para evitar las sanciones y continuar disfrutando de propiedades en el extranjero.
En el caso concreto de España, los miembros de FBK han solicitado al Gobierno español que revoque el permiso de residencia de la atleta Yelena Isinbáyeva, plusmarquista en salto con pértiga instalada en un lujoso complejo del sur de Tenerife, además de revelar que Alekséi Shaposhnikov, presidente del Parlamento de Moscú, había comprado a su hija Dara, pocas horas antes del inicio de la guerra de Ucrania, un piso en Barcelona valorado entre 800.000 y un millón de euros, una propiedad que le garantizaba la residencia en nuestro país. Las investigaciones de FBK también han denunciado que Tatiana Golikova, viceprimera ministra de Política Social, Trabajo, Salud y Previsión de Pensiones, y su marido Víktor Khristenko, quien ocupó también altos cargos en sucesivos ejecutivos antes de retirarse de la política en 2016, poseen en el sur español propiedades y hasta un golf que reporta pingües beneficios a la pareja.
La escalada de ataques y agresiones contra opositores, tanto dentro como fuera de las fronteras de la Federación Rusa, obedece, según los expertos, a una creciente confianza y mayor asertividad del Kremlin ante el desarrollo de la guerra en Ucrania. Analistas como Yaroslav Trofímov, comentarista jefe de Política Exterior en The Wall Street Journal, son el reflejo de un “creciente sentido de impunidad” del líder del Kremlin propiciado por los titubeos que percibe entre los aliados occidentales.
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