Impulso a nuevas industrias estratégicas. La consellera de Economia, Natàlia Mas Guix; y el ministro de Transición Digital y Función Pública, José Luis Escrivá, han acordado este lunes trabajar conjuntamente “para desplegar proyectos de la industria de los semiconductores en Catalunya”. En concreto, se crearán dos grupos de trabajo para impulsar el proyecto Innofab, una sala blanca para el diseño de chips; y diversos proyectos de tecnología cuántica.
Mas, al salir de la reunión, ha destacado “el espíritu de colaboración” de Escrivá para que Innofab se convierta en una realidad. Esta planta, valorada en unos 365 millones de euros, se cofinanciará con fondos europeos Next Generation. Esta es una de las lineas estratégicas que quiere potenciar el Ejecutivo catalán.
Las instalaciones consisten en la creación de un espacio de 2.000 metros cuadrados especializado en hacer prototipos de chips con materiales alternativos al sicilio, el material con el que actualmente se fabrican estos productos. La financiación se acordó el pasado 21 de diciembre en la reunión que mantuvieron en Barcelona los presidentes Pere Aragonès y Pedro Sánchez.
Y es que la ‘Chip Act’ europea considera estratégica la creación de una red de plantas piloto para que las empresas e investigadores tenga la opción de probar sus desarrollos de forma ágil antes de producirlos en masa. Ambos han destacado la importancia del Barcelona Supercomputing Center (BSC) como tractor para el desarrollo de proyectos de supercomputación e inteligencia artificial.
Mas también ha planteado al ministro la necesidad de que los Next Generation cubran los proyectos existentes en tecnología cuántica y fotónica, dos de los ámbitos prioritarios para la Generalitat por su potencial impacto en la economía catalana.
La Generalitat prevé financiar con estos recursos europeos el “Valle de la cuántica”, con el que se pretende crear un ecosistema de investigación, formación, atracción y retención de talento para crear nuevas empresas vinculadas a este ámbito. También han hablado de la necesidad de que el sistema informático que emplea el Estado para gestionar los fondos Next Generation, denominado ‘Coffee’ sea compatible con el que utiliza la Generalitat (G-Next).