Cansadas, cabreadas y condenadas a la pobreza; pero ya ni solas ni calladas. El Sindicat de Mares en la Diversitat Funcional ha ‘ocupado’ este viernes 8 de marzo el Institut Català de les Dones para reivindicar el espacio que les pertenece y se les niega en la agenda feminista. Exigían reunirse con la consellera de Igualtat i Feminismes, Tània Verge, algo que finalmente ha ocurrido algunas horas más tarde, pasadas las seis de la tarde.
Estas madres habían hecho un esfuerzo titánico para poder salir a la calle y alzar su voz y estaban decididas a no regresar a casa hasta hablar con ella. Son cuidadoras los siete días de la semana, los 365 días del año durante toda la vida de sus hijos con discapacidad y grandes dependientes; una situación que se está llevando por delante su salud física y mental. “Estamos cansadas de ser invisibilizadas y estamos aquí para decir basta”, resumen.
Estamos aquí por los derechos de nuestros hijos e hijas, pero también por los nuestros como mujeres cuidadoras
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“Estamos aquí por los derechos de nuestros hijos e hijas, pero también por los nuestros“, han reivindicado en la biblioteca de la sede, donde esperaban a la consellera decididas a no retroceder y a que quede claro que “los cuidados son agenda feminista”, y que estos recaigan principalmente en las mujeres es también “fruto de siglos de patriarcado”.
“Hay mujeres que han venido desde la otra punta de Catalunya. No podemos más, queremos compromisos. De empatía no vivimos, no queremos más golpecitos en la espalda”, insistían mientras esperaban a la consellera. De hecho, el eslogan de la protesta es claro: “El amor no paga facturas ni cotiza”.
Tienen muy claro que “el abuso de cuidados es violencia institucional”. “Es una cadena de invisibilidades. Nuestros hijos son invisibles y eso nos hace a nosotras, sus cuidadoras, también invisibles. Se trata de cuidados y de carga mental, tenemos que estar en la agenda de Feminismes. En la de Drets Socials están nuestros hijos, pero ¿y nosotras? ¿Dónde quedamos? Se aprovechan del amor que sentimos por nuestros hijos. Saben que les vamos a cuidar pase lo que pase, pero la situación es insostenible”, relatan.
Reclaman políticas de cuidados con mirada feminista y la revisión de oficio de las bajadas del grado de dependencia a los 18 años
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La secretaria de Feminismes, Montserrat Pineda, quien sí acudió al encierro de este mediodía, se comprometió a primera hora de la tarde a agendar una reunión en pocas semanas con la consellera y a estudiar sus demandas, todas reconocidas en la legislación. “Las leyes, están; falta aplicarlas”, explican las mujeres, quienes no se han conformado con las palabras de Pineda y han insistido en que querían hablar con la consellera. “Que no venga ella es el reflejo de nuestra invisibilización”, insistían.
El colectivo de madres se reunirán con la consellera Verge el próximo 2 de abril
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Tan claro lo tenían y tan firme era su postura que finalmente han arrancado un primer encuentro con Verge para esta misma tarde. Durante la manifestación han mantenido una conversación de pie, refugiadas en el Palau Robert, en la que se ha cerrado una reunión, ya formal, el próximo 2 de abril.
Revisiones de oficio
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Entre la lista de reivindicaciones concretas del sindicato de madres, cosas tan sencillas como una ventanilla única -“nos pasamos la vida haciendo trámites para nuestros hijos”- o la revisión de oficio de las reducciones del grado de dependencia de sus hijos al cumplir los 18. “Nosotras lo llamamos el milagro de la Moreneta: al llegar a los 18, nuestros hijos mejoran de golpe”, ironizan haciendo referencia al recorte de la prestación que sufren al alcanzar esa edad. Esta incidencia las obliga a gastar tiempo y dinero en recurrir a la justicia; un tiempo y un dinero que no tienen, ya que su situación las condena a la precariedad, al no poder trabajar porque deben dedicarse al cuidado de sus hijos durante toda su vida.
“No cotizamos; el trabajo de cuidar a nuestros hijos no está reconocido, y cuando llegan a los 18, que nosotras ya estamos mayores y cansadas, nos encontramos además con eso, que es otro recorte de derechos”, lamentan reclamando “políticas de cuidados desde la perspectiva feminista para todas las edades y en todo el territorio”.
Una frase escrita en una pancarta en forma de enorme pañal en la manifestación que ha recorrido La Rambla de Barcelona desde Canaletes hasta el Institut Català de les Dones resume su situación: “Ningún cuerpo está preparado para tener un bebé adulto”. Una manifestación en la que este grupo de madres han podido reunirse y escucharse, ellas sí, y hacer visible una realidad que sienten que nadie quiere ver, con cánticos como “aquí estamos, las madres que cuidamos”, “basta de violencia institucional”, “sin cuidados no hay vida, valorémoslos” o “disculpen las molestias, nos están invisibilizando”.