Tras dos años de ausencia, el Barça estará el lunes en el sorteo de los octavos de final de la Champions. Y lo hará como cabeza de serie. Es decir, que jugará el partido de vuelta en Montjuïc y contra un segundo clasificado. Pero la mayor de las suertes para el equipo azulgrana no será esa. Será que la eliminatoria de octavos de final no se disputa hasta el mes de febrero. Es decir, que el grupo de Xavi tiene un margen de dos meses para cambiar radicalmente su actual situación.
Y es que tras caer el pasado domingo en Montjuïc contra el Girona y quedar a siete puntos del líder y a cinco del Real Madrid, el Barça volvió a protagonizar ayer una actuación muy deficiente en Amberes contra un equipo que no había sumado ni un punto en Europa y que acabó endosando una nueva derrota a un Barça que en la actualidad es un equipo sin juego y sin alma.
Con la primera plaza asegurada, tenía el grupo un único objetivo: ganar para recuperar el ánimo y las sensaciones y también para sumar 2,8 millones de euros que el área económica del club necesita para cuadrar los números. Ganar era necesario para recuperar el prestigio, pero pareció que nadie se había enterado. Tras toda la polémica que rodeó a la expedición por la primera convocatoria sin cuatro pesos pesados y una segunda con la inclusión de Gündogan, Araujo y Lewandowski, que pasó de descartado a titular, la puesta en escena no pudo ser peor. Oportunidad clarísima concedida cuando no se había llegado al primer minuto de juego y gol en contra antes del minuto dos tras una pérdida de Oriol Romeu, un jugador falto de confianza que es una sombra del futbolista que brilló en el Girona y rindió a un buen nivel en los primeros partidos de este curso.
Y si la puesta en escena fue nefasta, peor fue el final del partido, con otro gol concedido en tiempo de descuento segundos después del empate de Marc Guiu. Inicio y final de partido que dejan claro que este equipo necesita algo que le provoque una reacción inmediata.
Dos rivales a evitar
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Debe llegar ese giro pronto. Ya en Mestalla el sábado para no descolgarse más en la Liga y empezar a construir algo que lleve al grupo a poder competir por todo lo que queda, algo que parece ahora difícil. En Europa, sabrá el lunes el Barça con quien deberá seguir el camino. El PSG de Mbappé, Luis Enrique y Dembélé y el Inter de Milán se presentan como los dos rivales más complicados, mientras el Copenhaguen parece el más asequible, aunque en estos momentos el rival del Barça es el propio Barça, un equipo muerto que está obligado a resucitar.