Tremendo enfado en todo el Levante con el arbitraje. El equipo de Calleja perdió ante el Espanyol en el último suspiro (2-1) por un penalti transformado por Braithwaite. La acción, sin embargo, se produjo solo unos segundos después de un posible penalti de Keita Baldé por mano que el árbitro no revisó en el VAR.
En el minuto 95, el delantero del Espanyol despejó el balón con el brazo en un córner lanzado por los visitantes. Los jugadores del Levante protestaron airadamente, pero el colegiado, tras detener el juego esperando alguna instrucción del VAR, indicó que todo podía reanudarse con un saque de puerta para los locales.
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“Estamos quemados, nos la comemos una vez más. El árbitro puede tener dudas en directo, pero teniendo el VAR… Es incomprensible”, afirmó Javi Calleja, entrenador del Levante, en rueda de prensa. “Hay mucho trabajo detrás, los jugadores estaban destrozados. Todo el esfuerzo se va a la mi****. No lo entiendo”.
Otro que también mostró su enfado fue Pablo Martínez, futbolista del equipo visitante: “Solo pedimos que se respete al Levante y nuestro escudo. Es muy difícil conseguir una victoria en esta categoría y están jugando con la ilusión de muchos, con el pan de muchos… Pedimos respeto y que se vea bien porque lo de hoy no puede pasar. No tiene explicación. Las conversaciones no son claras. Uno te dice una cosa y desde arriba dicen otra. Que salgan y lo expliquen”.
El club también se expresó en redes sociales con su cuenta oficial, afirmando que “no hay justificación posible a lo de hoy”.