Jim Ratcliffe, this is the billionaire who will govern Manchester United

El sentido común dice que una empresa de productos petroquímicos, destinada a la venta mayorista a otras industrias, pinta entre poco y nada en el mundo del patrocinio deportivo. ¿Para qué querría alguien promocionar su marca entre el gran público, que es lo que facilita el deporte, cuando sus ventas no se producen en establecimientos a pie de calle sino en despachos ejecutivos? A priori, no tiene ningún sentido. Pero Jim Ratcliffe, el propietario de Ineos, levanta la mano y dice que sí lo tiene. Al menos para él.

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