En medio del espacio rodeado de lonas de plástico que les hace de casa, el brillo de las lucecitas recuerda a las familias gazatíes que ya ha empezado el Ramadán. Con menos faroles que otros años esparcidos por las calles en ruinas, el mes sagrado del islam ha arrancado también en la Franja de Gaza. Pero las pocas muestras de alegría se ven ensombrecidas por el hambre y los ataques israelíes. Al menos 27 personas ya han muerto por inanición o deshidratación, aunque se cree que son muchas más. Las bombas no han dejado de caer sobre el castigado enclave, engrosando la cifra de 31.112 víctimas mortales en poco más de cinco meses de guerra. Muchos fieles temen ir a rezar a las pocas mezquitas que quedan en pie –Israel ha dañado unas 1.000 de las 1.200 que hay en Gaza–, porque Israel las tiene como objetivo.
“Muchas mezquitas son atacadas, por lo que es difícil ir a rezar sabiendo que pueden atacarlas y destruir con sus cohetes todo lo que nos rodea; por eso, rezamos algunas oraciones en casa”, ha dicho Mahmud Al Qeshui, un profesor de inglés en Rafah, a Al Jazeera en el primer día de Ramadán. La dificultad de encontrar alimentos para las tradicionales comidas de ruptura del ayuno al caer el sol se ve agravada por los elevados precios. En el aún más castigado norte, la ayuda humanitaria no alcanza y el hambre es una asfixiante realidad. Allí, al menos uno de cada seis niños está desnutrido, según la Organización Mundial de la Salud. Naciones Unidas hace semanas que alerta que el 80% de las personas del mundo con riesgo alto de morir de inanición se encuentran en la Franja. Son centenares de miles de hambrientos.
Sin conversaciones programadas
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A su vez, el primer día de Ramadán no ha evitado que decenas de personas hayan seguido perdiendo la vida a causa de los ataques israelíes por 157º día consecutivo. En las últimas semanas, se esperaba que las conversaciones mediadas por Catar y Egipto consiguieran un acuerdo de alto el fuego entre las partes para el inicio del Ramadán. Pero ahora el diálogo parece haber colapsado. “Sin una liberación [de los cautivos]”There will be no pause in the fighting,” said the Israeli Prime Minister. Binyamin Netanyahu, in an interview with a German newspaper. In turn, several Hamas sources have confirmed to Al Jazeera that there were no talks planned in the coming days and that they had not received an invitation.
Pese a las promesas de Netanyahu de que no habría restricciones al rezo de los palestinos en la mezquita al Aqsa en Jerusalén, la policía israelí ha impedido su acceso al complejo sagrado en la primera noche del mes sagrado. Al menos 27 palestinos de Jerusalén Este fueron detenidos en la víspera del Ramadán, a la vez que los agentes policiales golpeaban a aquellos que intentaban acceder al tercer lugar más sagrado del islam. El ministro de Asuntos Exteriores jordano, Ayman Safadi, ha dicho que estas restricciones impuestas por Israel al recinto de la ciudad vieja de Jerusalén durante el mes de ayuno musulmán estaban empujando la situación hacia una “explosión” y son un ataque a la libertad de culto.