Los gallegos han tenido la mala suerte de que el Madrid político ha convertido sus elecciones en tema de primera página. A pesar de que nadie, excepto el CIS de Tezanos, pone en jaque la mayoría del PP y de Alfonso Rueda, los cuarteles generales de PP y PSOE y sus terminales mediáticas han querido simular un match point… de la política nacional y se van a dedicar a hablar en gallego de su monotema, la amnistía. Es especialmente curioso que Alberto Núñez Feijóo se haya dejado arrastrar por esa dinámica. Lejos quedan las elecciones de hace cuatro años cuando puso las siglas en un cuerpo de letra minúsculo y casi prohibió a Pablo Casado que se asomara por su campaña. El ansia de derrocar a Sánchez, una posibilidad alimentada por el narcisismo de Puigdemont, ha hecho que la caravana madrileña se desplace durante los próximos quince días a tierras gallegas. Y eso precisamente, según explican los expertos de Faro de Vigo, se ha convertido en la principal amenaza para que Rueda renueve su mayoría absoluta que es el único camino para preservar el poder. Pero más curioso aún es que los socialistas también se hayan adentrado en esa dinámica pues en Galicia aspiran, como gran resultado, a ser tercera fuerza e hipotéticamente gobernar con el BNG. Además, hablamos de una comunidad sin Vox, con lo cual el único argumento que sustenta la política de Sánchez, que es oponerse a la ultraderecha, no tiene ni pies ni cabeza. Todo, un gran despropósito.
Es una verdadera lástima que la dinámica partidista lamine tanto la fortaleza de España que no es otra que su diversidad. Pasearse por Galicia como si fuera otra calle de Madrid es, simplemente, un insulto a la inteligencia porque su realidad económica, política y social es otra sin necesidad de que la engrandezca la pulsión independentista. El PP lleva décadas gobernando en Galicia porque desde los tiempos de Fraga ha sabido encarnar una cierta idea de galleguidad que nada tiene de antiespañola, pero que no trata los asuntos de aquellas gentes como si no tuvieran vida propia. Alfonso Rueda, un tipo de conserva esa manera de ver las cosas debe estar pensando estos días eso de “cuerpo a tierra que vienen los nuestros”. Solo le queda la esperanza de que Feijóo es mejor cuando no habla desde Madrid. Veremos