El pasado viernes, Apple lanzó al mercado estadounidense sus esperadas gafas de realidad mixta Vision Pro. El último gran invento del gigante tecnológico, el primero que desvela en casi una década, es un ordenador facial similar a una máscara de esquí que combina realidad virtual y realidad aumentada para integrar todo tipo de objetos digitales al entorno físico que nos rodea.
La nueva tecnología de Apple, que insiste en apodarla con el término “computación espacial”, cuesta 3.499 dólares (más de 3.200 euros). A pesar de su elevado precio, las ventas de este complejo dispositivo en tan solo cuatro días han sido un éxito. Antes del viernes ya se habrían registrado unas 200.000 reservas, según el portal especializado MacRumors.
Todo ello ha desatado una fiebre testeadora entre los fieles de la marca, que se han paseado por varias ciudades de Estados Unidos provando su última compra, dejando imágenes que hace una semana nos habrían parecido futurísticas.
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La estrategia comercial de Apple está dando pie a una oleada de fascinación. Hay incluso quien ve en las Apple Vision Pro una revolución similar a lo que supuso la creación del iPhone y quien asegura que matará el ‘smartphone‘ para trasladar el mundo virtual de tu pantalla a tu retina. De momento ya cuenta con unas 600 ‘apps‘ adaptadas a ese nuevo formato.
Sin embargo, los vaticinios de algunos ‘early adopters’ están aún lejos de cumplirse. La compañía dirigida por Tim Cook tiene el reto de hacer que sus gafas de realidad mixta triunfen y se adopten a gran escala, una tarea titánica en la que otros pesos pesados de la industria tecnológica como Google, Meta, Snap, Samsung y Sony han fracasado a lo largo de la última década. El año pasado, la venta de este tipo de dispositivos cayó un 8,3%, según datos de la firma IDC. ¿Logrará Apple transformar ese mercado?
“Maravilla técnica”
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Apple lleva desde 2007 trabajando en su ordenador facial. Fue entonces, antes del lanzamiento del iPhone, cuando registró un invento que ha ido desarrollando bajo condiciones secretas y que ha requerido de más de 5.000 patentes. Cada dispositivo cuenta con cinco sensores capaces de leer los movimientos de tus manos y tus ojos para guiarte en ese nuevo entorno, pero también incorpora seis micrófonos, 12 cámaras, pantallas con 24 millones de píxeles de resolución y hasta 1TB de memoria.
La prensa especializada coincide en señalar que la ingeniería detrás de las Vision Pro las convierten en un “auténtico salto en capacidad y ejecución” de realidad mixta. “Es el mejor ‘headset’ de consumo que se ha fabricado nunca”, apunta Nilay Patel, en The Verge. “Es lo mejor que he visto, pero aún le queda mucho camino por recorrer”, añade el ‘youtuber’ Marques Brownlee, quién celebra el riesgo innovador y la visión a futuro de Apple.
¿Gafas de masas?
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Sin embargo, que estas gafas sean una “maravilla técnica” no significa que Apple vaya a ser capaz de popularizarlas entre las masas. El problema no tiene tanto que ver con la tecnología, sino con el comportamiento de los usuarios. “La gente se cansa rápidamente de llevar un ordenador en la cara, los dispositivos acaban en los armarios y los desarrolladores de software pierden interés en crear aplicaciones“, explica Brian X. Chen en The New York Times.
Hay distintos factores que históricamente han jugado en contra de la adopción generalizada de este tipo de dispositivos. Uno evidente es su precio, que limita su acceso y subraya una división de clases. Otro crucial ha sido la actitud socialmente poco aceptable de algunos usuarios, desde abstraerse del mundo a fotografiar a otras personas sin su permiso. En 2012, la revista TIME nombró a las flamantes Google Glass como “invención del año”. Sin embargo, el recelo ante el comportamiento maleducado de sus portadores llevó a la opinión pública a detestarlas, popularizando el término glasshole (algo así como “el gilipollas de las gafas” en inglés).
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¿Tropezará Apple con la misma piedra? En tan solo un fin de semana ya han empezado a circular vídeos de usuarios conduciendo mientras llevan las Vision Pro puestas, en patinete, en el gimnasio o en otras situaciones que han sido muy criticadas. La política de usos de Apple recomienda no usar sus gafas al volante. La de Google también lo prohibía.
Este dispositivo tiene otros puntos flacos como su peso, de hasta 650 gramos, su comodidad o su batería, con una autonomía máxima de 2,5 horas. Sin embargo, varios expertos aluden a cuestiones más filosóficas. ¿Para qué ver el mundo a través de pantallas en vez de con mis propios ojos? Las Vision Pro permiten al usuario navegar por internet, ver películas o realizar videollamadas de forma inmersiva para llevarte tu oficina o el salón de tu casa a cualquier sitio. ¿Convencerá esa posibilidad a la gente para que se gaste 3.500 dólares? El pasado marzo, varios empleados de Apple expresaron a The New York Times sus “dudas sobre la utilidad” de un invento que ven como “una solución en busca de un problema”.