El expresidente chileno Sebastián Piñera perdió la vida este martes a los 74 años al caer el helicóptero que lo transportaba en la zona del Lago Ranco, unos 922 kilómetros al sur de Santiago. La noticia provocó estupor en el país sudamericano. Piñera, una de las grandes fortunas chilenas, fruto de su destreza en el mundo de las finanzas e inversiones, ocupó la jefatura del Estado en dos ocasiones, entre 2010-2014 y 2018-2022. Esa situación excepcional en la historia republicana chilena la compartía con Michelle Bachelet, quien de inmediato expresó su consternación por lo que había ocurrido.
Piñera se consideraba un experto piloto y hacía galas de su pericia en su propio helicóptero. Esta vez no había intentado manejar. Según reportaron medios de prensa capitalinos, la aeronave transportaba a cinco pasajeros y el piloto. Había intentado despegar en medio de una fuerte lluvia y una densa niebla. Cayó en el lago helado. Tres de los ocupantes habrían logrado sobrevivir. “Queremos expresar nuestra conmoción por esta tragedia, hacerle llegar nuestro abrazo solidario a la familia del expresidente, a todos sus cercanos pero también a todos los chilenos y chilenas porque Sebastián Piñera Echenique fue Presidente de Chile en dos oportunidades y tendrá de consecuencia todos los honores y reconocimientos republicanos que merece”, dijo la ministra del Interior, Carolina Tohá. Informó a su vez que el actual presidente Gabriel Boric “ha instruido que se realice, como corresponde, un funeral de Estado, que se declare duelo nacional”. El Gobierno reveló a su vez que la Armada ha recuperado el cuerpo del exlíder de la centroderecha.
Piñera nació el 1 de diciembre de 1949 en Santiago, en el seno de una familia cercana a la Democracia Cristiana. Se graduó como ingeniero comercial, con mención en Economía, tuvo cuatro hijos con Cecilia Morel. A pesar de las simpatías con el socialcristianismo, se unió a Renovación Nacional (RN), una formación de derechas que acompañó al dictador Augusto Pinochet.
A diferencia de su hermano, José Piñera, quien tuvo un protagonismo relevante durante el régimen militar, al punto de diseñar el sistema de pensiones privadas, Sebastián expresó una simpatía de baja intensidad con el Gobierno. El desapego se expresó en su voto contra la continuidad de Pinochet en el poder en el plebiscito de 1988. Eso no le impidió ser jefe de campaña de Hernán Büchi, el albacea del dictador, en las elecciones de 1989.
[–>Terremoto de 2010
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En 1990 resultó elegido senador nacional en nombre de RN, partido que encabezó entre 2001 y 2004. En 2005 perdió en la segunda vuelta presidencial frente a Bachelet, pero ya comenzaba a cimentar sus aspiraciones de llegar al Palacio de la Moneda. En las elecciones de 2010 derrotó a Eduardo Frei y puso fin a una hegemonía de dos décadas de la llamada Concertación Democrática, la coalición de centroizquierda. A Piñera le tocó gestionar el terremoto que a finales de febrero de 2010 provocó 525 muertos, una calamidad sistemáticamente evocada por estas horas como consecuencia de los incendios devastadores en la región de Valparaíso. En octubre de 2010 encabezó personalmente el rescate de los 33 mineros que habían quedado atrapados en una mina de Atacama. Ese acontecimiento lo hizo subir en las encuestas. Pero esa popularidad fue efímera. Las luchas por una educación pública y gratuita, encabezada por dirigentes estudiantiles que con los años adquirirían relevancia política, con Boric a la cabeza, fue minando su crédito interno.
Bachelet volvió a la presidencia en 2014, pero no pudo dar continuidad a su proyecto. Piñera volvió con la certeza de que había aprendido de su gestión anterior. Sin embargo, en octubre de 2019 enfrentó un estallido social de grandes proporciones que puso fin a su carrera política. Los años que le tocaron para concluir su período fueron los de un gestor con escasa influencia en la toma de decisiones. Le tocó enfrentar la pandemia. A pesar de sus esfuerzos por evitar desgracias mayores, no pudo mejorar su imagen pública.
Diálogo con los adversarios
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A diferencia de las facciones de ultraderecha, Piñera siempre intentó tender puentes mínimos con el Gobierno de quien fue su sucesor, Gabriel Boric. “No haber logrado un acuerdo constitucional que fuera probable debilitó a la derecha”, dijo durante una de sus últimas entrevistas, tras la derrota en la consulta popular del 17 de diciembre de la Carta Magna redactada con hegemonía de los sectores más radicales. En conversación con el diario La Tercera, el expresidente proponía “un gran acuerdo sobre las bases esenciales de ese proyecto de país que a mi juicio debe ser un compromiso claro y categórico con la democracia, el estado de derecho, los derechos humanos”. También llamaba a consensuar ideas sobre una “economía social de mercado libre, abierta, competitiva” con “responsabilidad fiscal” y “un compromiso con la derrota a la pobreza y por una mayor igualdad de oportunidades”. A diferencia de la ultraderecha, reclamaba un compromiso de todas las fuerzas políticas en “la protección del medio ambiente”.
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Repercusión internacional
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Todos los partidos políticos chilenos, más allá de sus posiciones coyunturales, se pronunciaron en la misma dirección. “Pese a nuestras profundas diferencias lamentamos la trágica muerte del expresidente Piñera”, dijo el dirigente comunista Daniel Jadue. El deceso provocó también un fuerte impacto internacional. “Estuve en numerosos encuentros internacionales con él y, si bien no coincidíamos ideológicamente, trabajamos codo a codo en varios temas”, dijo su excolega boliviano, Evo Morales. “Lo recuerdo con sincero afecto disfrutando de lindos encuentros que permanecen en mí más allá de nuestras diferencias. Mis condolencias a su familia y a todos lo que lo han querido”, señaló el argentino Alberto Fernández. “Durante su mandato, estrechamos los lazos entre nuestros dos países y juntos hicimos posible la COP 25 en un momento crucial para la lucha contra la emergencia climática”, destacó el español Pedro Sánchez.