Es habitual que en su mensaje de Navidad, el discurso más personal de todo el año, el rey Felipe VI hable de los problemas y retos de los ciudadanos: del paro, de la dificultad de los jóvenes a acceder a la vivienda, de la violencia machista, de la sanidad, la educación… Esta vez, sin embargo, hace referencia a estos asuntos en un párrafo y centra toda su intervención en la Constitución y la unidad de España.
Después de un año electoral, con pactos del PP con Vox en comunidades y ayuntamientos, en verano, y el acuerdo del PSOE con Sumar y los partidos independentistas y nacionalistas para la investidura de Pedro Sánchez, en otoño, Felipe VI ha decidido hacer una alocución esencialmente política.
El Monarca no menciona ni la ley de amnistía del ‘procés’ que Sánchez ha negociado con Junts y ERC ni tampoco las manifestaciones del PP y de la ultraderecha contra la medida de gracia (en algunas de las cuales se corearon lemas contra la monarquía), pero sí avisa de los riesgos de la división y pone la Carta Magna de 1978 como la mejor herramienta para garantizar la “certidumbre”. “Gracias a la Constitución conseguimos superar la división, que ha sido la causa de muchos errores en nuestra historia; que abrió heridas, fracturó afectos y distanció a las personas. Superar esa división, por tanto, fue nuestro principal acierto hace ya casi cinco décadas. Por eso, evitar que nunca el germen de la discordia se instale entre nosotros es un deber moral que tenemos todos. Porque no nos lo podemos permitir”, advierte.
Sin referencias a Ucrania o Gaza
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Felipe VI no menciona siquiera las guerras de Ucrania y Gaza y pasa directamente a hablar de los 45 años de la Constitución, que su sucesora, la Princesa de Asturias, juró el 31 de octubre. El jefe del Estado ve la Carta Magna como la principal herramienta para garantizar la “forma de vivir y entender la vida” que los españoles han disfrutado desde finales de los 70. Fuera del “respeto a la Constitución”, afirma, “no hay ley sino arbitrariedad”. “Fuera de la Constitución no hay una España en paz y libertad”, enfatiza.
El Monarca subraya que la Carta Magna supone la garantía del pluralismo político y de “una visión compartida de España”, que reconoce a todos “el derecho a ser respetados en su propia personalidad y en su cultura; con sus lenguas, tradiciones e instituciones”. Y pide sacar pecho por la reacción ante las adversidades: desde el “comportamiento cívico ejemplar” para superar el covid hasta “el coraje” y los “principios” demostrados ante el terrorismo.
El discurso del 3-O y Puigdemont
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El Rey no nombra el ‘procés’ ni el referéndum de independencia del 2017, pero seguidamente a esos dos éxitos (pandemia y lucha contra ETA) destaca que en España se han defendido los “valores constitucionales” cuando han estado “en cuestión o se han puesto en riesgo”. En el histórico discurso que el Monarca hizo el 3 de octubre de 2017, dos días después de la consulta independentista, pidió al Estado que asegurara el “orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones” ante la deslealtad “inadmisible” de Carles Puigdemont. La ley de amnistía busca que, entre otras personas, el ‘expresident’ se beneficie de la amnistía.
En la alocución de esta Navidad también habla de las instituciones. Pide que unas a otras se respeten “en el ejercicio de sus propias competencias” para “contribuir mutuamente a su fortalecimiento y a su prestigio”. Para el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, la amnistía supone acabar con la separación de poderes. Para el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el legislativo (el Congreso) va a aprobar una norma que los jueces tendrán que aplicar. Como suele ocurrir cada año, los partidos harán la interpretación del discurso que más favorezca a sus propios intereses.
La escenografía
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El Monarca asegura que la “razón última” de los “éxitos y progresos” de la historia reciente ha sido la “unidad”, los “valores democráticos, “la cohesión” y los “vínculos sólidos del Estado” con las autonomías y la “solidaridad entre todas ellas”. Y es en este contexto en el que hace la única referencia a que España ha ostentado la presidencia rotatoria de la Unión Europea este semestre. Solo destaca que en estos meses “se ha reforzado la unidad de Europa”.
El discurso, que dura 11 minutos y 48 segundos y tiene 1.467 palabras, se grabó en el Salón de Audiencias de la Zarzuela. En el encuadre, sobre una cómoda, se ve una fotografía de los Reyes y la infanta Sofía aplaudiendo a la princesa Leonor el día que juró la Constitución ante las Cortes Generales.