El duelo entre el Rennes y el Villareal fue uno de esos partidos decisivos que maravillan al amante del fútbol. El ‘submarino amarillo’ consiguió clasificarse directamente para los octavos de final de la Europa League, eso sí, sudando tinta china. Los franceses contestaron de inmediato a cada tanto del conjunto ‘groguet’. Sin embargo, el gol que anotó el Rennes en el minuto 101, que les clasificaba directamente a los octavos de final, fue anulado por una norma desconocida para muchos.
Assignon desató la locura en el Roazhon Park empatando el partido cuando agonizaba en el tiempo de descuento. La afición ya celebraba la clasificación del Rennes para los octavos de final, pero el colegiado se llevó la mano al pinganillo. Ni los jugadores, ni la afición ni tan solo los comentaristas entendían el por qué se estaba revisando el gol del conjunto francés. Sin embargo, el VAR actuó rápido anulando el gol decisivo con la total seguridad de que no era reglamentario.
El Villareal se salvó en el minuto 101 gracias a que el gol del Rennes vino de un libre directo que Le Fee estrelló en el larguero. La infracción se cometió cuando ese balón volvió rebotado directamente a los pies del propio Le Fee sin que lo hubiese tocado antes ningún otro jugador. El reglamento dice que el lanzador no puede volver a tocar el esférico de nuevo si nadie más ha intervenido en la jugada. De este modo, toda la jugada posterior al libre directo de Le Fee quedó invalidada.
Tras la dramática derrota, el entrenador del Rennes, Julien Stéphan, dijo que había subido a un “ascensor emocional” y admitió que desconocía esa regla: “Sabía que la regla existía para los penaltis, no sabía que existía para los tiros libres”.
Esa pared de Le Fee y el travesaño fue un auténtico jarro de agua fría para el Rennes que les dejó sin su clasificación para los octavos de final y que salvó al Villareal ‘in extremis’.