El Documento Nacional de Identidad (DNI) es nuestra tarjeta de identificación oficial en cualquier circunstancia. Además de entregarlo cuando un oficial de la ley nos lo pide, o cuando necesitamos realizar un procedimiento administrativo, también nos sirve para registrarnos en un hotel o contratar un servicio.
No obstante, al identificarnos de esta manera, muchas empresas suelen cometer errores que podrían resultarles costosos, como ya ha sucedido en algunos casos. Un ejemplo de esto es cuando nos solicitan, sin una justificación adecuada, hacer una copia, una foto o imprimir nuestro DNI, una práctica habitual en muchos registros y procedimientos, pero que puede ser ilegal en muchos casos.
La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) advierte sobre los riesgos para la privacidad que implica esta práctica, ya que estas copias de un documento como el DNI, que contiene tanta información personal sensible, podrían ser utilizadas para cometer fraudes a través de la suplantación de identidad, si llegaran a circular en ciertos entornos.
En este contexto, la AEPD afirma que “si existen otras medidas menos gravosas que cumplen con el fin de la identificación, lo recomendable es abstenerse”. Durante el pasado año, la agencia multó a la compañía Orange con 100.000 euros por haber pedido a sus clientes que les dejaran fotografiar las dos caras del DNI.