Laia Sainz (Astara Team) ha superado con nota la primera semana de carrera en el Dakar y también su exámen más difícil , en las dunas del Empty Quarter, que afrontaba en desventaja con su coche de dos ruedas motrices frente a los 4×4. Hoy, al término de la etapa cronometrada de 48 horas, el desgaste físico y mecánico podía pasar factura y la piloto catalana, consciente de ello, ha gestionado la situación estratégicamente.
El jueves Laia Sanz y su copiloto Maurizio Gerini alcanzaron el punto kilométrico 398 y pasaron la noche en el campamento D, cuarto de los siete dispuestos por la organización, junto a algunos de los candidatos a la victoria absoluta en coches. Les quedaban 150 kilómetros cronometrados este viernes hasta la meta en Shubaytah y en el último tramo el embrague del coche ha dado algunos problemas. Aún así Laia ha conseguido mantener todas sus opciones y es 19ª en la general scratch (17ª en la máxima categoria, Ultimate) y tercera entre los T1.2 de dos ruedas motrices.
“Estamos muy contentos de haber llegado al final de la etapa maratón. La verdad es que ha sido muy dura y con el 4×2 ha sido muy estresante. El jueves estábamos haciendo una muy buena etapa, pero vimos que el consumo era muy alto y tuvimos que aflojar mucho. Creo que fuimos muy inteligentes porque de otra forma no hubiésemos llegado. Además nos costó bastante coger un Waypoint, pero estamos satisfechos”, ha resumido Laia.
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“Este viernes tuvimos mucho estrés porque a 100 kilómetros del final ha empezado a patinar el embrague y nos ha costado muchísimo llegar al final de etapa, al tener que buscar las trazadas que nos convenían”, ha añadido la piloto de Corbera. “Estamos felices porque hemos sido inteligentes y estamos orgullosos de estar aquí. Ahora por la segunda semana, que también espero que vengan etapas mejores para nosotros y para nuestro coche”, finalizó.
Por su parte, el director del equipo Astara Team, Óscar Fuertes, también mostró su satisfacción por los resultados. “Estamos contentísimos porque nos hemos enfrentado a la etapa más dura que se ha hecho en esta era del Dakar en Arabia Saudí. La cantidad de incidencias y de pérdidas durante la etapa así lo demuestran. La dureza de la etapa ha llevado a máquinas y pilotos hasta el límite. Ha sido muy difícil para Laia porque durante las primeras 24 horas tuvo que gestionar el consumo de combustible y en la segunda etapa ha tenido que lidiar con un embrague que durante los últimos 100 kilómetros le patinaba. Ha sido un esfuerzo titánico para los dos ruedas motrices, que han tenido que tirar de embrague para poder ir saliendo de las dunas”, valoró Fuertes.