El reciclaje y la reutilización de los residuos es aún una asignatura pendiente. Sin embargo, Catalunya aprueba, por los pelos, en una disciplina concreta: en la gestión de los vehículos que llegan al final de su vida útil. A día de hoy, según los últimos datos disponibles, más de un 85% de los coches que llegan a los desguaces se preparan correctamente para que se reutilicen algunas de sus piezas. Este porcentaje es justo lo que exige la normativa europea, si bien es cierto que no se llega, por poco, a valorizar (o sea, incinerar, para producir energía) todo lo que se debería.
Deberán ser entidades independientes quienes constaten el coste económico de la gestión de cada vehículo
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“Igual que los puntos verdes, los desguaces están evolucionando. Gracias al trabajo que se realiza en los 171 que existen se está logrando convertir estos lugares en epicentros de economía circular“, asegura Isaac Peraire, director de la Agència de Residus de Catalunya (ARC). “En los desguaces empieza una nueva historia para cada automóvil”, destaca.
Más de un 85% de los coches que llegan a los desguaces se preparan correctamente para que se reutilicen algunas de sus piezas
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Aunque se cumpla con lo que reclama Europa, la realidad es que, el último año, solo se lograron reutilizar unas 11.000 toneladas de vehículos fuera de uso (VFU), lo que equivale a un 10% aproximadamente del total de los que se desecharon en estos centros de desmantelamiento. Este dato se explica porque muchos turismos permanecen tiempo en estos desguaces antes de llegarse a gestionar completamente.
Según un informe de la agencia, todavía queda mucho camino por recorrer. Y en esta dirección, con el objetivo de mejorar el tratamiento de estos escombros de automóvil, la futura ley de residuos prometida por el Govern (y que lleva un retraso de más de tres años) obligará a los fabricantes de coches a acreditar el coste real que tendrá gestionar los residuos generados por un vehículo concreto cuando se deje de usar. El borrador de esta ley, al cual ha accedido EL PERIÓDICO, precisa que deberán ser entidades independientes quienes constaten el coste económico de la gestión de cada vehículo.
Responsabilidad ampliada
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También se tendrá que determinar si el balance de su gestión es positivo o negativo. Es decir, si acaba costando más caro acabar con el coche o si, por lo contrario, se puede reutilizar tanto que llegue a implicar ganancias para quien lo desguace. “Esto va en la línea de incrementar la responsabilidad ampliada del productor, como se hará con los envases de plástico”, compara Peraire. En resumen: igual que un empresario no podrá poner en el mercado una caja de frutas envuelta en plástico si no está justificado, un fabricante de coches no podrá producirlos sin tener en cuenta su reciclaje futuro.
El último año, solo se reutilizaron un 10% de las toneladas de vehículos que se llegaron a desguazar
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De momento, los responsables del Departament d’Acció Climàtica no se atreven a poner una fecha a la aprobación de esta ley (donde se insta a poner en práctica la recogida puerta a puerta), que aún debe pasar por el Parlament. Pero aseguran que la idea es presentarla antes de que termine la legislatura. No obstante, sí es un hecho que esta nueva obligación para los fabricantes de coches está incluida en la versión actual del texto. Este cambio, iría en paralelo al nuevo reglamento que prepara Europa para regular el fin de la vida de los vehículos.
Según los últimos datos disponibles, en el último año, en Catalunya se desguazaron 89.743 automóviles, lo que corresponde a 106.231,34 toneladas. Las cuatro fragmentadoras existentes, una especie de depósitos de chatarra procedente de vehículos, incineraron unas 60.000 toneladas de residuos.
Coches eléctricos
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La Agència de Residus de Catalunya reconoce que se debe poner el foco en aspectos como los residuos de los vehículos eléctricos o híbridos. Muchos de los materiales que los componen, como las baterías de litio, se tienen que descontaminar y requieren técnicas de manipulación concretas que obligarán a acelerar la innovación en los desguaces. Será necesario que los desguaces identifiquen qué empresas se encargan de recibir estos materiales que trabajen conjuntamente con ellas.
Además, será necesario que estos centros, que ya están en constante modernización, se adapten al nuevo reglamento europeo. La agencia se compromete también a controlar que los datos sigan mejorando y que Catalunya no se estanque en la gestión de estos residuos, como ocurre con la gestión de la basura en las ciudades.