Veinticuatro horas después de que la Agencia Europea del Medio ambiente (EEA en sus siglas en inglés) lanzara la voz de alerta sobre la nula preparación de la Unión Europea para afrontar los riesgos climáticos, la Comisión Europea advierte a los gobiernos que de no actuar para mejorar la resiliencia frente al cambio climático los daños producidos por las sequías, inundaciones, incendios forestales, enfermedades y olas de calor podrían reducir un 7% el Producto Interior Bruto (PIB) europeo para finales de siglo. “Hablamos de supervivencia económica”, han advertido el vicepresidente de la Comisión, Maros Sefcovic, y el comisario de acción climática, Wopke Hoesktra.
Los daños anuales solo por inundaciones costeras podrían superar los 1,6 billones de euros para el año 2100, con 3,9 millones de personas afectadas
[–>
Bruselas asume en una comunicación sobre la gestión de los riesgos climáticos todas y cada una de las advertencias lanzadas el lunes por la EEA. El impacto climático ya está aquí y los riesgos seguirán aumentando en las próximas décadas, incluso aunque los Veintisiete adopten medidas ambiciosas. “Si el calentamiento global supera de forma más permanente el umbral de 1,5º del Acuerdo de París, la reducción adicional acumulada del PIB para el conjunto de la UE podría ascender a 2,4 billones de euros en el periodo comprendido entre 2031 y 2050”, avisa la Comisión, que estima que los daños anuales en Europa solo por inundaciones costeras podrían superar los 1,6 billones para el año 2100, con 3,9 millones de personas afectadas.
Conflictos por el agua
[–>
El documento adoptado por la Comisión, una especie de hoja de ruta que no contiene medidas legislativas pero que aspira a marcar el rumbo que deben seguir los gobiernos europeos, alerta particularmente de la importancia y los riesgos del agua, “un recurso vital que se encuentra bajo presión en muchas partes de Europa” debido a “la mala gestión estructural, el uso insostenible del suelo, los cambios hidromorfológicos y la contaminación”.
El documento alerta de que el cambio climático está disparando “la competencia por los recursos hídricos, incluido un riesgo potencial de conflictos entre estados”
[–>
Problemas que el cambio climático está “exacerbando” y seguirá aumentando, disparando “la competencia por los recursos hídricos entre sectores y usos, incluido un riesgo potencial de conflictos dentro y entre los Estados miembros sobre los recursos hídricos transfronterizos”, avisa el informe que estima el coste de las sequías en unos 9.000 millones de euros al año y que cifra en más de 170.000 millones el impacto económico de las inundaciones desde 1980.
El informe estima el coste de las sequías en unos 9.000 millones de euros al año
[–>
“Proteger y restaurar el ciclo del agua, promover una economía de la UE inteligente desde el punto de vista hídrico y salvaguardar un suministro de agua dulce de buena calidad, asequible y accesible para todos es crucial para una Europa resistente al agua”, recuerda Bruselas que insiste en que en el futuro será crucial gestionar y utilizar el agua de forma sostenible en un entorno geopolítico parcialmente impredecible. “Hay que gestionar el agua y ajustar la demanda humana al nuevo y más escaso suministro”.
Llamada a la acción
[–>
Para gestionar mejor todos los riesgos climáticos Bruselas apunta en una cuádruple dirección. En primer lugar, los Estados miembros tendrán que identificar a los propietarios de los riesgos, empoderar a los responsables de los mismos -políticos, empresas o inversores- a entender mejor la relación de los riesgos, la inversión y la financiación a largo plazo, aprovechar las políticas estructurales para gestionar los riesgos y movilizar fondos suficientes.
Además del agua, la Comisión también plantea sugerencias en otros ámbitos como los ecosistemas, la salud, los alimentos, las infraestructuras o la economía.
La comunicación de este martes es un llamamiento a la acción a todos los niveles. Identifica soluciones para ser más eficaces, en particular una mejor coordinación entre la UE y los Veintisiete, un uso más fácil de los conocimientos para la planificación a largo plazo, los sistemas de alerta temprana, la lucha contra la desinformación climática, la mejora de la ordenación del territorio, incluidas las infraestructuras críticas, y las condiciones previas adecuadas para financiar la resiliencia frente al cambio climático, ha explicado Sefocovic.