La economía europea entró en 2024 con menor fortaleza y un crecimiento más exiguo que seguirá presente este año y que ha llevado a Bruselas a revisar este jueves a la baja sus previsiones para la UE y la Eurozona, pero el diagnóstico de la Comisión Europea sobre la evolución de la economía española se mantiene sin cambios. España, según las previsiones provisionales de invierno publicadas este jueves, crecerá un 1,7% del PIB en 2024. Los nuevos cálculos de Bruselas confirman también que la economía creció un 2,5% en 2023, una décima por encima de lo previsto hace tres meses gracias a la aceleración registrada en el último trimestre del año pasado.
“El consumo privado y, en menor medida, la inversión fueron los principales impulsores del crecimiento del PIB a lo largo de 2023” mientras que “la demanda externa, que contribuyó negativamente a la expansión económica en el segundo y tercer trimestre del año pasado, se recuperó en el cuarto trimestre”, explica la Comisión que cifra en un 0,6% intertrimestral el crecimiento entre octubre y diciembre pasado. De ahí el mejor arranque del año que hará que la economía española cierre con un crecimiento “moderado”, pero muy superior al de las economías vecinas, del 1,7%.
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Al contrario que otros organismos como Funcas o el Fondo Monetario Internacional, que revisaron a la baja a finales de enero la previsión de España para este año, situándola en el 1,5% del PIB, Bruselas mantiene su estimación sin cambios por varios factores. Todavía pesa el debilitado impulso del sector turístico, la todavía débil situación económica de los principales socios comerciales de España que limitará el dinamismo de las exportaciones, y el impacto con retraso del aumento de los tipos de interés que pesará sobre la demanda interna.
Pero el consumo y la inversión seguirán sosteniendo a corto plazo la expansión económica. “Se espera que el consumo privado se vea respaldado por mayores ganancias reales de los ingresos de los hogares y por el uso parcial del todavía elevado nivel de ahorro de los hogares”, señala el análisis. Todo esto hará que España siga siendo el país de los grandes con la mayor tasa de crecimiento, muy por delante de Alemania (0,3%), Holanda, (0,4%), Italia (0,7%), Francia (0,9%).
Esta evolución, debido a la erosión del poder adquisitivo de los hogares, el fuerte ajuste monetario, la retirada parcial del apoyo fiscal y la caída de la demanda externa, ha llevado a Bruselas a revisar a la baja sus previsiones. Según el nuevo cuadro, la economía europea creció un 0,5% en 2023 (frente al 0,6% estimado en noviembre), y lo hará un 0,9% (frente al 1,3%) en la UE y un 0,8% (1,2%) este año antes de remontar en 2025.
“Después de evitar por poco una recesión técnica en la segunda mitad del año pasado, las perspectivas para la economía de la UE en el primer trimestre de 2024 siguen siendo débiles”, confirma la Comisión que espera que la actividad se acelere gradualmente este año a media que la inflación caiga, mejoren los intercambios comerciales y aumenten los salarios y la resiliencia del mercado laboral europeo. Eso siempre y cuando las tensiones geopolíticas o el conflicto de Oriente Próximo no se amplíen. De momento, se espera que el aumento de los costes de transporte, por las perturbaciones comerciales en el Mar Rojo, solo tengan un impacto marginal en la inflación. Sin embargo, “nuevas perturbaciones podrían dar lugar a nuevos cuellos de botella en la oferta que podrían asfixiar la producción y hacer subir los precios”, advierte la Comisión.
Mercado laboral en desaceleración
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En cuanto a la situación del mercado laboral español, y tras el dinamismo mostrado el año pasado, los expertos comunitarios creen que registrará una desaceleración, aunque seguirá contribuyendo a sostener la actividad económica, como también lo hará una aplicación más amplia del plan de recuperación y resiliencia. Bruselas también prevé que se vea respaldado por una situación financiera saneada de las empresas y la flexibilización de las condiciones de financiación. Todo esto harán que el crecimiento se acelere nuevamente en 2025 hasta alcanzar el 2%.
Respecto a la inflación, las previsiones confirman que cayó al 3,4% en 2023, debido sobre todo a la caída de los precios de la energía, y se espera que siga moderándose hasta alcanzar un promedio del 3,2% en 2024, ligeramente por debajo de lo previsto en otoño, aunque la eliminación gradual de la mayoría de las medidas adoptadas por el Gobierno para mitigar el impacto de los altos precios de la energía ejercerá una presión al alza. El diagnóstico de Bruselas, no obstante, apunta que seguirá cayendo hasta alcanzar el 2,1% en 2021.