Es una cuestión de campaña pero también de algo más. Este martes el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha atacado duramente a Donald Trump por las conflictivas declaraciones que el republicano hizo este fin de semana en un mitin en las que dijo que EEUU no acudiría en defensa de países de la OTAN si eran “delincuentes” y no tenían al día sus pagos a la Alianza e incluso que animaría a Rusia a invadirles. El demócrata, que casi con toda certeza se medirá a Trump en las elecciones presidenciales de noviembre, ha tildado ese mensaje de “estúpido”, “vergonzoso”, “peligroso” y “antiamericano”.
“Lo peor de todo es que lo dice en serio”, ha subrayado Biden en una comparecencia en la Casa Blanca, en la que ha denunciado el daño que Trump hace a la credibilidad del país y ha dicho: “Ningún otro presidente en nuestra historia se ha inclinado ante un dictador ruso”.
“Cuando Trump mira a la OTAN no ve una alianza que protege a EEUU y al mundo”, ha continuado el demócrata. “Mira a esto como si fuera un peso. No entiende que la OTAN está construida sobre los principios fundamentales de libertad, seguridad y soberanía nacional porque para él los principios nunca importan, todo es transaccional”.
El presidente estadounidense también ha hablado de la OTAN como “un compromiso sagrado”. “Nuestros enemigos desde hace mucho han buscado crear grietas en la Alianza y la mayor esperanza de quienes quieren hacer daño a EEUU es que colapse la OTAN”, ha dicho también. “Mientras yo sea presidente, si (el presidente ruso Vladímir) Putin ataca un aliado, EEUU defenderá cada milímetro del territorio de la OTAN”.
Propuesta de ayuda a Ucrania
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Biden comparecía horas después de que el Senado diera luz verde con apoyo bipartidista en una votación 70-29 a un proyecto de ley que destinará 60.000 millones de dólares a Ucrania, 14.000 millones a Israel, 10.000 para ayuda humanitaria a civiles en zona de conflicto y unos 5.000 millones para Taiwán y el Indo-Pacífico. Esa iniciativa ahora necesita ser aprobada por la Cámara de Representantes, bajo control republicano y donde el ‘speaker’, Mike Johnson, amenaza con no someterla siquiera a votación (instando a incluir medidas de endurecimiento de inmigración y en la frontera, aunque las presiones de Trump ya hicieron colapsar en el Senado una propuesta que las incluía).
El futuro del paquete, incluso si llega a debatirse, es incierto, pues crece la resistencia a dar más ayuda a Kiev entre los republicanos y también el rechazo de demócratas a dar más dinero a Israel mientras ahonda la catástrofe humanitaria en Gaza.
Biden ha tratado de ablandar esa oposición asegurando que se manda equipamiento militar a Ucrania pero el dinero se invierte en EEUU fabricando las armas y municiones para reabastecer su propio arsenal. También ha mencionado la ayuda humanitaria para los palestinos “que desesperadamente necesitan comida, agua, refugio, ayuda”. Pero ha esgrimido otros argumentos también: “¿Van a defender la libertad o se van a poner del lado de la tiranía? ¿Van a apoyar a Ucrania o a quedarse con Putin? ¿Van a defender a EEUU o a Trump?”, ha planteado a los congresistas republicanos. “La historia está mirando”, ha dicho.