No hay un tema que pese más en los índices de desaprobación de Joe Biden que la gestión de la inmigración, disparada durante su mandato con cifras históricas de cruces por la frontera sur, donde en dos años consecutivos se registraron dos millones de intercepciones de inmigrantes sin documentos.
No hay un tema que los republicanos usen más que la inmigración para atacar al demócrata y que Donald Trump busque hacer más central en su campaña para intentar volver a la presidencia de Estados Unidos, repitiendo la fórmula que contribuyó a su triunfo en 2016.
La inmigración es también el tema que los estadounidenses es más probable que nombren como el más importante problema del país, según un sondeo publicado esta misma semana por Gallup. Y eso explica que los dos probables rivales en las elecciones presidenciales de noviembre escenifiquen este jueves en Texas su duelo sobre la cuestión.
Segundo viaje de Biden
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Para Biden se trata solo del segundo viaje a la frontera sur, tras uno que realizó en enero de 2023 a El Paso. No es casual que esta vez haya elegido como destino Brownsville, una de las ciudades en el sector de Río Grande, donde los cruces han caído un 90% desde su primer verano en el Despacho Oval.
Como en el viaje del año pasado, el presidente tiene previsto reunirse con agentes de la Patrulla Fronteriza, otras fuerzas del orden que trabajan en inmigración y cargos políticos locales antes de hacer unas declaraciones públicas.
No se anticipa que el presidente vaya a hacer ningún anuncio sobre una acción ejecutiva que, según se ha filtrado, está estudiando para desanimar a los migrantes a llegar a Estados Unidos. En ese plan, cuestionado desde el ala progresista y por activistas, entraría impedir que soliciten asilo en EEUU quienes han cruzado la frontera ilegalmente. Trump trató de implementar una medida similar y fue frenado por los tribunales.
Con lo que Biden llega es armado con la denuncia de que son los republicanos quienes, bajo presión de Trump y para no darle nada de lo que pueda sacar rédito político en campaña, están impidiendo avances y mejoras en un sistema migratorio que reconoce “roto” al haber frenado en el Congreso un plan bipartidista.(un bloqueo que también ha dejado en el limbo la ayuda a Ucrania e Israel).
Ese proyecto, según recordaba la Casa Blanca en una nota informativa distribuida antes del viaje, habría invertido más de 20.000 millones de dólares en reformas y en reforzar la seguridad fronteriza y el sistema judicial de inmigración, donde hay un embudo de unos dos millones de casos y cada petición de asilo tarda entre cinco y siete años en resolverse.
Trump en Eagle Pass
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A 520 kilómetros de allí, en Eagle Pass, estará Trump. El expresidente y favorito republicano también ha elegido con intención su destino. Esta ciudad de menos de 30.000 habitantes (frente a los 200.000 de Brownsville) está en Del Río, el sector de los nueve en que se divide la frontera donde hubo más cruces en 2023. Solo en diciembre se produjeron 71.000 intercepciones, como en todo el año fiscal 2019.
Pero Eagle Pass es también la línea de frente en la ‘Operación Lone Star’, la guerra que el gobernador republicano Gregg Abbott abrió tras la llegada de Biden al poder contra el gobierno federal para tomar el control de la política migratoria. En esa campaña presupuestada con 11.000 millones de dólares Abbott ha desplegado a la Guardia Nacional, desplazando a las fuerzas federales. Ha estado enviando autobuses de inmigrantes a ciudades gobernadas por los demócratas (donde los republicanos denuncian un aumento de la criminalidad por la inmigración).
Abbott, que alega que Texas tiene derecho a defenderse de una “invasión”, ha colocado boyas con cuchillas en el río Grande (que un tribunal le obligó a retirar, aunque esa operación se ha frenado mientras se resuelve su apelación). Ha desplegado concertina (que el Tribunal Supremo autorizó a las autoridades federales a retirar si interfiere con operaciones de la patrulla fronteriza). Y en enero hizo que la Guardia Nacional tomara el parque Shelby, una zona recreativa en la ribera, donde ha anunciado planes de construir una base permanente para acoger a 2.300 miembros de la fuerza militar.
Trump, según se ha avanzado, tiene previsto culpar a Biden del aumento de los cruces y subrayar crímenes cometidos por inmigrantes. Y su campaña también distribuyó una nota informativa repasando sus políticas cuando estuvo en la Casa Blanca y las propuestas si vuelve al Despacho Oval. Entre ellas: reimponer vetos de asilo y la política de “quedarse en México” (que obliga a los solicitantes de asilo a esperar en el país vecino), construir más muro, desplegar en la frontera tropas que ahora están en el extranjero o firmar una orden ejecutiva que acabe con la ciudadanía para los hijos nacidos en EEUU de inmigrantes sin papeles.