Cuando se decide vender una vivienda a un precio simbólico, con la intención de favorecer a los compradores, es esencial tener en cuenta las estrictas regulaciones fiscales. Aunque pueda parecer una acción altruista, Hacienda está atenta a estos movimientos y puede imponer multas sustanciales e incluso penas de cárcel.
En casos donde los propietarios desean transferir la propiedad a sus hijos o realizar la venta por razones familiares, fijar un precio demasiado bajo puede tener consecuencias legales.
Vender una vivienda por debajo de su valor de mercado se considera un delito contra la Hacienda Pública, independientemente de si la operación se realiza de manera legal mediante un contrato de compraventa. Este tipo de transacciones son objeto de especial atención por parte de las autoridades fiscales para prevenir el blanqueo de capitales. Idealista informa que Hacienda aplica sanciones proporcionales al grado de infracción cometido.
Si el precio de venta es inferior al 10% del valor real del inmueble, se considera una infracción leve, con multas que oscilan entre 1,000 y 10,000 euros. En cambio, si la diferencia es menor al 5%, la infracción se vuelve grave, con multas que varían entre 20,000 y 100,000 euros, además de posibles penas de prisión de 6 meses a 2 años. Por lo tanto, al vender una vivienda, es crucial evaluar con cuidado el precio propuesto para evitar consecuencias financieras y legales no deseadas.
En conclusión, vender una vivienda a un precio simbólico requiere un cuidadoso equilibrio entre la voluntad de favorecer a los compradores y la observancia de las normativas fiscales. Ante la tentación de fijar un valor demasiado bajo por razones altruistas o familiares, es esencial considerar las posibles sanciones de Hacienda.