La Supercopa ya ha dejado de ser ese torneo de verano devaluado que solo servía para rodar a los equipos y nadie se acordaba del ganador. El nuevo formato con una sede fija y cuatro rivales en liza se ha convertido en un espectáculo de primer nivel.
Ya lo fue en las ediciones precedentes y la primera semifinal no pudo ser más vibrante. El Real Madrid se llevó el gato el agua en el tramo final de la prórroga, pero el Atlético vendió muy cara su derrota. Nadie viaja a Arabia de vacaciones y el Barça, por supuesto, quiere mostrar este jueves sus galones de vigente campeón.
Delante tendrá un rival poco habituado a este tipo de fiestas. Osasuna se ganó su pase con la clasificación para la final de la Copa del Rey de la campaña pasada, por lo que debe medirse al ganador de la Liga. Un Barça muy motivado y con la lección aprendida.
Los futbolistas vieron desde el hotel de concentración como los equipos se dejan la piel por esta Supercopa. Real Madrid y Atlético pisaron el acelerador durante 122 minutos con todo tipo de alternativas, goles y acciones vibrantes. Un ritmo altísimo que puede asemejarse al que se viva en la segunda semifinal.
Sin regalos
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Osasuna quiere hacer historia y plantarse al partido decisivo del domingo para medirse al Real Madrid y buscar la revancha de la última final copera. El Barça es consciente de ello y la actitud debe ser la de las grandes citas.
Además, los de Xavi Hernández no pueden regalar lo más mínimo. Esta temporada ha concedido demasiado a los contrincantes, como ha reconocido el entrenador blaugrana, y debe ser muy contundente en las dos áreas.
El Barça debe evitar que el partido se convierta en un corre calles y que domine el control. Gündogan, Frenkie de Jong y Sergi Roberto deben dominar el tempo del partido. Osasuna tratará de igualar el partido con garra y el cuadro blaugrana debe imponerse a través de su mayor calidad con el balón.
Hambre de título
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Es el día de demostrar que este Barça es capaz de ser el conjunto ganador de la pasada temporada. Hambre no le faltará y la motivación seguro que aumentó viendo cómo han puesto el listón los primeros semifinalistas. Los azulgranas querrán sumarse al espectáculo y, por supuesto, adquirir el billete para la final del domingo.
De vencer, el FC Barcelona volvería citarse con el Real Madrid por segundo año consecutivo con el primer título en juego en Arabia. El recuerdo del anterior ejercicio es muy dulce. El Barça no solo ganó, sino que marcó un punto de inflexión en una temporada atípica por la disputa del Mundial de Qatar 2022.
El título dio alas a un equipo que necesitaba un empujón para creer que la Liga estaba al alcance de la mano y cerrar el ejercicio con un más que notable doblete. Xavi espera que su equipo tenga el mismo espíritu, que sea un conjunto ansioso y con la ambición de encontrarse con un Madrid que está rindiendo a un nivel extraordinario.
Pese a las muchas bajas, el Real Madrid es líder en la Liga, ha logrado un pleno de victorias en la Champions y ya se ha plantado en la final de la Supercopa de España. Un conjunto que ayer exhibió su pegada, pero también mostró debilidades en defensa. Es un Madrid que intimida arriba, aunque también se le puede golpear.