El caso Ábalos, o el caso Koldo, ha estallado justo dos años después de que lo hiciera el caso de las comisiones que cobró el hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid por la compra de mascarillas durante la pandemia. Aquello terminó abriendo en canal al PP, con la muerte civil de Pablo Casado a manos de Isabel Díaz Ayuso por haber osado meterse con su familia para acabar políticamente con ella. El caso que afecta hoy al PSOE nació en ese instante. La izquierda, PSOE y Más Madrid, utilizaron aquel caso del hermano para atacar a la presidenta y el PP de Madrid decidió llevar a la Fiscalía todo lo que encontró mínimamente sospechoso en las adjudicaciones del Gobierno. “Yo no quiero ninguna venganza, a diferencia de Sánchez,”, ha explicado este martes la presidenta, pero apuntala que quiere “justicia“. Y así, lleva dos días utilizando sus intervenciones para, como mínimo y sin que le pregunten, invocar esa justicia para su hermano: “Era una obsesión directa a mi hermano para intentar matarlo”.
“El trato que se le dio fue tan infame, se han contado tantas mentiras sobre él, se ha hecho tanto daño gratuito, que empecé a pensar ‘estos piensan o saben que detrás de una compra hay muchas más cosas'”, ha reflexionado Ayuso en una entrevista en la Cope cuando se le ha preguntado por el papel que tuvo el PP de Madrid en el caso Ábalos. Igual que este lunes en otra entrevista en Ondacero, la presidenta madrileña recurre a la defensa de su hermano, cuyo supuesto delito insiste en que ha sido rechazado hasta en dos ocasiones por la justicia, cada vez que se le pregunta por el exministro. Atacar al PSOE y apuntar a Sánchez en este asunto sí, pero sobre todo su objetivo parece ser desvincular cualquier parecido entre ambos casos: “Este caso nada tiene que ver con el de mi hermano, por mucho que intenten, obedece más bien a una venganza personal de Sánchez y también a intentar decirle a los ciudadanos que somos todos iguales”.
La presidenta ha confesado que aquello supuso “un choque laboral entre hermanos” y defiende que a Tomás Díaz Ayuso le ha ido “mucho peor” desde que ella, su hermana, está en política. Y si él no ha recurrido a la justicia en todo este tiempo, apunta, es solo porque la suya es “una familia que solo quiere que le dejen en paz”. Lo que no ha aclarado es si en algún momento pidió a su hermano que dejara de concurrir a algún concurso u operación pensando que podría perjudicar a uno de los dos, se ha limitado a decir que se enteró de que su hermano “comercial desde hace 30 años” y con experiencia en el comercio con China trabajó para una empresa adjudicataria de la Comunidad a través de la dirección nacional de su partido.
“No tiene nada que ver un caso con otro porque uno no fue un caso ni siquiera y el otro está siendo un grandísimo escándalo con esas ramificaciones tremendas, donde ha habido políticos del más alto nivel”, ha rematado la presidenta, insistiendo en que “a estas alturas” lo que quiere saber es “qué han hecho con tanto dinero de tanta gente y por qué registraban el dinero a las comunidades autónomas” desde el Gobierno de la nación. Ha defendido así su gestión durante la pandemia, atacando al mismo tiempo la gestión “nefasta” de todo el equipo de Sánchez y apuntando directamente al entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa, previsible candidato a las próximas elecciones catalanas.
[–>“Esto es evidente que ha sido con la connivencia de mucha gente ahí dentro y, por tanto, intentarán hacer golpes de efecto. Creo que van a pretender cerrar en cuatro días lo que a mí no me han dejado cerrar en cuatro años ni siquiera yendo de frente y teniendo todo perfectamente demostrado”, ha concluido, machacando otra vez la idea de que le han estado atacando por el caso de su hermano y sugiriendo que el caso Koldo no se cerrará tan pronto como pretende el PSOE.