Ana Pontón, from Chorente to the history books

La noche electoral de su primer gran triunfo, Ana Pontón se fue a un rincón del restaurante santiagués donde el BNG vivió esa jornada para darle el pecho a su hija Icía, nacida a comienzos de ese 2020. Ilustraba un rasgo del carácter de quien ya puede ser catalogada como una referencia histórica para el nacionalismo gallego tras romper con 25 escaños el récord de 19 conseguido precisamente hace cuatro años. Era celosa de su intimidad, sin ganas de exponer más de lo necesario. Sin embargo, en esta campaña, jaleada en las redes por fieles del Bloque pero también por los votantes de izquierda que han encontrado en ella un referente, no solo abrió la gira para pedir el voto en su casa familiar, con su madre a su derecha y su padre a su izquierda, sino que protagonizó un vídeo con este y con su hija paseando por el monte, apelando a la emotividad de un 18-F al que llegaba lanzada en las encuestas.

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