Álvaro Redondo, prosecutor of the Criminal Chamber of the Supreme Court: four days to say where I said I say I say Diego, by Ernesto Ekaizer

The document that El Periódico de Catalunya offers to its readers is essential to know what could be called the prosecutor’s four-day trip Alvaro Redondo since the acceptance on January 26 of imputing Carles Puigdemont for terrorism in the Tsunami Democràtic case until Tuesday the 30th, when the change of position occurred, in which he relied on the same document to say the opposite: rejecting the reasoned exposition of Judge García Castellón.

After listing almost verbatim the facts of the exhibition, the prosecutor points out that “the intellectual and ethical sponsorship of Mr. Puigdemont [al Tsunami] was none other than seriously destabilize the economic structures of Spainforcing public powers to negotiate the self-determination of Catalonia.”

Añade “que la participación del señor Puigdemont en las conductas consistentes en realizar actos que afectaron a dichos bienes jurídicos, con la evidente intención de afectar gravemente contra la paz pública y obligar a los poderes públicos, puede considerarse al menos en este momento procesal, como ilícito penal, y concretamente como delito de terrorismo” (subrayado original)

Sigue. “Estas actuaciones afectaron gravemente los derechos humanos. En primer lugar, se afectó la integridad física y moral de los funcionarios de policía autonómica y estatal…”. El fiscal advertía: “En todo caso, el principio penal de alternatividad determina que, incluso en el supuesto de que consideráramos que (no) se perfilan todavía de modo claro, los elementos del delito de terrorismo, el delito contra el orden público constituido por los desórdenes, así como las lesiones graves que concurren con tal tipo penal, aparecen subsidiariamente con toda nitidez

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