Ábalos and the masks: explanations are missing

Former Minister José Luis Ábalos, this Tuesday in the Congress of Deputies after requesting his integration into the Mixed Group. / JOSÉ LUIS ROCA

La negativa del exministro de Transportes y ex número tres del PSOE, José Luis Ábalos, a renunciar a su escaño tal y como le exigió formalmente la ejecutiva federal de su partido, ha abierto una grave crisis en el socialismo, la más importante desde que Pedro Sánchez recuperó el liderazgo del partido en 2017. El pulso de Ábalos a la dirección socialista y su paso al Grupo Mixto, agrega además un elemento más de inestabilidad a la ya complicada aritmética parlamentaria en la que se sustenta el Gobierno. No se trata solo de la aparición de un presunto caso grave de corrupción, con la imputación de Koldo García, exasesor y hombre para todo de Ábalos en el Ministerio, y parece que también en el partido, que ya de por sí supone un duro golpe para la reputación del Ejecutivo y el ánimo de los militantes socialistas. A eso se suma la rebelión de una de las personas que perteneció al núcleo más próximo a Sánchez y que más le ayudó a reconquistar la secretaría general. 

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