En un partido que estaba marcado en rojo en el calendario, el Espanyol no pudo romper su maldición fuera de casa. El equipo espanyolista volvió a caer a domicilio, esta vez contra un Eldense que superó a los pericos para conseguir una victoria histórica. Preocupantes síntomas para el equipo, que pierde una oportunidad de oro en la lucha por el ascenso.
[–>Como si no fuese consciente de la importancia de conseguir los tres puntos en Elda, el Espanyol salió al Pepico Amat con una pasividad alarmante. El Eldense avisó en los primeros minutos, aunque no tardó en materializar su superioridad con una picadita de Chapela tras un error en la salida espanyolista (1-0).
El tanto espoleó a los pericos, que reaccionaron de la mejor manera al golpe inicial. Un saque de banda en largo rebotó en Piña, que consiguió vencer a su propio portero para poner la igualdad en el marcador (1-1). Sin suerte para el central, que entregó una auténtica bendición al Espanyol cuando más lo necesitaba.
El conjunto de Ramis se asentó en campo rival desde entonces, aun sin acumular grandes ocasiones. Apenas unos minutos antes del tiempo de alargue, un centro de Sergi Gómez rebotó en la mano de un defensor eldense. La revisión del VAR dictó sentencia para el equipo, una oportunidad que Martin Braithwaite no desaprovechó para poner a su equipo por delante desde los once metros (1-2).
Un inacabable tiempo de añadido de 13 minutos, que se alargó hasta la hora de encuentro en la primera parte por una indisposición de un aficionado en la grada, permitió al Eldense volver a igualar el marcador en el 58′ de la primera mitad con la aparición, nuevamente, de Iván Chapela. Una primera parte de locura.
Como en la primera parte, el Espanyol volvió a salir al campo tras el descanso con síntomas preocupantes de escasa intensidad. El equipo defensivamente no parece dar el nivel que requiere el ascenso a la máxima categoría. Esto se vio reflejado en el tercer gol del Eldense, una segunda jugada de un saque de esquina donde Ortuño remató a placer en el segundo palo (3-2).
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El marcador no volvió a moverse desde entonces a pesar de las ocasiones espanyolistas, que no fueron muchas a pesar de las urgencias del equipo. Una derrota que no permite al Espanyol romper su maldición fuera de casa en un partido marcado en rojo en el calendario como una oportunidad para retomar el rumbo.